(dpa) – El viaje de Kara es todo, menos placentero: durante una violenta tormenta en mitad del océano, la joven sufre un naufragio y es arrastrada a la playa de una isla solitaria. Allí tendrá que luchar por la supervivencia y hacer frente a animales salvajes, monstruos feroces y muchos otros peligros. Así comienza «Windbound», un nuevo juego de aventuras del desarrollador australiano 5 Lives Studios.
Kara es el único personaje de «Windbound». Sin embargo, el título cuenta una historia: para desentrañar el misterio de las islas habrá que investigar sus ruinas y escuchar atentamente los fantasmales susurros que se perciben en todos sus rincones.
La trama gira principalmente en torno a la lucha de Kara para sobrevivir: por ejemplo, la búsqueda diaria de un refugio adecuado antes de que anochezca, ya que muchos de los animales nocturnos son muy peligrosos.
Durante el día, Kara caza animales con arco y flecha o bien recoge plantas para su alimentación antes de preparar su comida sobre el fuego. A diferencia de muchos juegos, estas actividades no son secundarias, sino vitales.
Para progresar en «Windbound», Kara tiene que navegar de isla en isla: en una embarcación construida por ella misma, por supuesto. La desvencijada barcaza puede ser ampliada o perfeccionada en el transcurso del juego, al igual que las armas de Kara.
Los jugadores encontrarán los materiales necesarios para ello en la naturaleza o tendrán que fabricarlos a partir de los restos de los animales cazados. «Windbound» no regala nada.
Para aquellos usuarios que prefieren disfrutar de las hermosas imágenes del juego, que casi parecen pintadas a mano, «Windbound» ofrece dos modos: además del modo «Supervivencia», en el que cada error que comete Kara podría ser el último, hay un modo «Historia» mucho más misericordioso.
«Windbound», de Deep Silver/Koch Media y 5 Lives Studios, está disponible para PC, Playstation 4, Xbox One, Nintendo Switch y Google Stadia y cuesta alrededor de 30 euros (aproximadamente 35 dólares estadounidenses) dependiendo de la plataforma.