Hamburgo, 1 dic (dpa) – Las numerosas crisis actuales están causando problemas a las empresas en Alemania, con un previsible aumento significativo de las quiebras, pero sin que se vislumbre una oleada de insolvencias, según un estudio del proveedor de servicios de información Crif.
«Las empresas siguen enfrentándose a retos considerables, como los elevados costes de la energía, los problemas en la cadena de suministro, las incertidumbres geopolíticas y la persistente inflación», explicó hoy Frank Schlein, director general para Alemania de Crif.
Además, el aumento de los costes de producción, el incremento de los gastos de personal y los elevados tipos de interés están afectando a la situación financiera de muchas empresas, según el estudio.
El proveedor de servicios de información prevé 17.900 insolvencias de empresas este año en Alemania. Esto supondría un 22,8 por ciento más que el año anterior. «A pesar del aumento, no podemos hablar de una oleada de insolvencias», dijo Schlein.
Tras amplios programas de apoyo por valor de miles de millones, se trata más bien de una vuelta a la normalidad. Para evitar una oleada de quiebras como consecuencia de la pandemia, el Estado había concedido exenciones temporales de la ley de insolvencia.
Se prevé un nuevo aumento de las quiebras de empresas en 2024
Según Crif, el número de quiebras de empresas podría aumentar hasta 20.000 casos en el próximo año. Esta cifra seguiría siendo inferior a la media de algo menos de 26.200 insolvencias anuales desde 1999, así como frente a las 39.320 del año récord 2003.
Según Schlein, la mayoría de las empresas siguen gozando de una buena situación financiera. Sin embargo, el creciente número de grandes insolvencias podría provocar más quiebras. «En algunos casos, el efecto dominó hará que las empresas insolventes arrastren a otras empresas a la insolvencia con ellas».
Según las estimaciones de Crif, más de 305.000 empresas, es decir, el 10,1 por ciento, presentan actualmente un mayor riesgo de insolvencia. Se analizó la solvencia de casi tres millones de empresas. Entre otras cosas, se valoró información procedente de balances, cuentas de pérdidas y ganancias, volumen de negocios, historial de pagos y sentencias judiciales negativas.