Venecia, 31 ago (dpa) – ¿Cómo se puede vivir en un agujero de metro y medio sin saber si es de día o de noche, habiendo perdido el olfato porque todo apesta, sin poder hablar con nadie, sin apenas comer, sin estímulos sensoriales, sin contacto contacto humano, sin saber cuándo acaba la tortura y así día tras día durante años? Esa fue la pregunta que se hizo el director uruguayo Álvaro Brechener cuando leyó «Memorias del calabozo».
De esa lectura nace la película «La noche de 12 años» que mañana se estrena en la sección Orizzonti, la segunda en relevancia dentro del Festival de Venecia, y que escribieron los líderes guerrilleros Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro para relatar los 13 años que durante la dictadura uruguaya en los 70 estuvieron presos junto al ahora ex presidente José Mujica.
Este libro de vivencias autobigráficas sobre un caso de supervivencia es para el director «una de las grandes historias» del país y es poco conocida. «Los uruguayos sabemos todo lo traumático que fue la dictadura militar, el caso de los rehenes fue muy particular. Se escogió a nueve líderes tupamaros con el fin de volverlos locos», explicó en entrevista con dpa Brechner, que une los talentos del español Antonio de la Torre (Mujica), el del argentino Chino Darín (Rosencof) y del uruguayo Alfonso Tort (Huidobro) para protagonizar este drama.
«Me pareció una historia casi de Ray Bradbury o Jack London, de cómo hace un individuo ante los límites de lo que es la humanidad. Tu existencia se remite a seguir respirando y en ese descenso al infierno mantenerse humanamente ya no cuerdo sino sano», señaló el realizador de 42 años, que tuvo la oportunidad de conversar ampliamente con los protagonistas reales para documentar mejor sus vivencias.
«Los tres fueron absolutamente de una de una generosidad inmensa», señaló Brechner, quien lamenta que Huidobro no pueda ver el resultado final, tras haber fallecido hace dos años. «Cuando abres las puertas de una experiencia tan extrema y tan única a que un tercero se identifique y se inspire a través de esa violencia en hacer algo particular, para mí eso ha sido de un inmenso respeto», señaló.
Al autor de «Mal día para pescar» o «Kaplan» le interesaba investigar los límites de la condición humana. Y para ello sometió a los protagonistas a una estricta dieta (perdieron entre 15 y 17 kilos cada uno) durante tres meses.
«El gran tema aquí es la capacidad de resistencia y supervivencia. Cuando se empujan los límites, la dignidad del individuo no puede ser subestimada. Es increíble que los hombres seamos capaces de lo peor, pero también de una capacidad inimaginable de adaptarnos y resistir», añadió el cineasta sobre este trabajo psicológico en el que el contexto político queda en un segundo plano.
«Nunca quise hacer una película carcelaria o sobre la dictadura. Y más allá de tener un inmenso cuidado y responsabilidad de sobre el hecho de la recreación de la época no quería hacer una película sobre la dictadura, sino como sobre como tres individuos sometidos a este descenso se encargan de armarse su cerebro y su estómago para poder sobrevivir, sobrellevar su existencia», añadió.
Aquel experimento se tradujo en una lección de supervivencia y sobre todo en una lección magistral de la resistencia con dignidad. «Lo que más me impacta de la historia y sabiendo lo que pasó después es cómo una experiencia así ha podido ser para ellos una experiencia iluminadora, casi de revelación», añadió el cineasta, que en Venecia está acompañado de Antonio de la Torre, así como del ex presidente Mujica, quien acude al certamen italiano con dos proyectos: esta cinta de ficción y el documental centrado en su persona que ha rodado el director serbio Emir Kusturica.
Por María Luz Climent Mascarell (dpa)