Múnich, 20 mar (dpa) – El fabricante de automóviles BMW espera para el año en curso un nuevo descenso de sus beneficios, pero, a diferencia de otras marcas, no quiere recortar ningún puesto de trabajo, comunicó hoy en Múnich Harald Krüger, director ejecutivo del grupo alemán.
Para compensar esta baja, la empresa eliminará sistemáticamente de su gama las variantes de modelos y motores menos populares, digitalizará más el desarrollo de vehículos, racionalizará ventas y ahorrará así 12.000 millones de euros en los próximos cuatro años, añadió Krüger.
El director financiero, Nicolas Peter, se mostró poco satisfecho con el balance del año pasado. BMW vendió más coches, pero las ventas cayeron ligeramente hasta los 97.500 millones de euros (110.600 millones de dólares).
La batalla de descuentos en la conversión a la nueva norma de emisiones WLTP, los aranceles punitivos chinos sobre los vehículos BMW construidos en EEUU, las retiradas de vehículos del mercado y las altas inversiones llevaron a que las ganancias antes de impuestos cayeran un 8 por ciento hasta los 9.800 millones de euros.
La caída de las ganancias fue aún más significativa, de un 17 por ciento hasta alcanzar los 7.200 millones de euros. La empresa tiene previsto reducir en consecuencia el dividendo para los accionistas.
Las perspectivas para este año tampoco son muy optimistas, indicó el director financiero. El aumento de los precios de las materias primas y la fortaleza del euro podrían costar a BMW más de 500 millones de euros, estimó el ejecutivo.
Al mismo tiempo, BMW debe seguir invirtiendo fuertemente en nuevos modelos, en movilidad eléctrica y en el desarrollo de coches autónomos, añadió Peter. Incluso sin un “Brexit” no regulado y sin incrementos arancelarios entre EE.UU. y China, «se espera que las ganancias consolidadas antes de impuestos estén muy por debajo del nivel del año anterior», aseveró el director financiero del grupo.