El director general de Salud Pública, Julio Bruno, ha señalado hoy que garantizar la inocuidad de los alimentos en toda la cadena de producción y consumo, desde la granja hasta el plato, es una responsabilidad compartida que resulta vital para las personas y en la que servicios como el de seguridad alimentaria tienen un papel esencial.
“Hoy celebramos el Día Mundial de la Salud y es más necesario que nunca recordar que la Salud Pública y los servicios universales contribuyen de forma esencial a ayudar a las personas a mantenerse sanas y ese es un derecho al que la ciudadanía no debe renunciar”, ha subrayado Bruno.
El director de Salud Pública ha participado hoy en un taller sobre el manejo de frutas y verduras en el Centro de Formación al Consumidor de Ribadesella, junto con el jefe de servicio de Riesgos Ambientales y Alimentarios de la Consejería de Sanidad, José Altolaguirre.
Los alimentos insalubres están relacionados con la muerte de dos millones de personas al año, la mayoría niños. Además, la comida que contiene bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas puede provocar más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer.
A medida que aumenta la globalización del suministro de alimentos, resulta más evidente la necesidad de reforzar los sistemas que velan por su seguridad en todos los países. Por esta razón, la Consejería de Sanidad se ha unido a la iniciativa de la OMS de aprovechar el Día Mundial de la Salud para fomentar medidas destinadas a garantizar la inocuidad de los alimentos.
El Gobierno de Asturias desarrolla tres tipos de acciones en relación con la salud alimentaria. La primera es la promoción de la salud mediante la difusión de hábitos saludables, con iniciativas como el programa de comedores escolares o la estrategia NAOS. Las otras dos son la formación y educación de los consumidores, y la protección de la salud con tareas de vigilancia y control de las empresas alimentarias, el análisis de alimentos y la investigación de brotes.
En relación con esta última medida, Bruno ha destacado que el Principado controla unos 10.000 establecimientos alimentarios distribuidos por toda Asturias y realiza más de 5.000 visitas anuales para su vigilancia. El pasado año, por ejemplo, se superaron las 6.600 inspecciones y se detectaron incumplimientos en la mitad de los establecimientos.
Por otra parte, en los últimos tres años se han tramitado 56 procedimientos de intervención y decomiso de productos alimentarios que no acreditaban las necesarias garantías sanitarias.
La formación es una tarea fundamental para que los consumidores dispongan de una información precisa que les permita ejercer eficazmente sus derechos. El principal instrumento para llevar a cabo esta tarea educativa son los cinco centros de formación para el consumidor que funcionan en Asturias y que el pasado año atendieron a 14.498 usuarios, fundamentalmente escolares, personas con discapacidad y mayores. Con motivo del Día Mundial de la Salud, estos centros acogen diversas actividades divulgativas centradas en la correcta manipulación y conservación de los alimentos.
La inocuidad de los alimentos es una responsabilidad compartida que se debe controlar durante toda la cadena alimentaria, desde los productores hasta los vendedores y consumidores. Mantener la limpieza, separar alimentos crudos y cocinados, cocinar completamente los productos, mantenerlos a temperaturas seguras y utilizar agua y materias primas inocuas son claves fundamentales para garantizar la seguridad.