El rendimiento de McLaren no está siendo el esperado en este comienzo de temporada. Pese a ello, Fernando Alonso no parece muy desanimado. Ayer sólo pudo dar veinte vueltas en su primera carrera con la escudería británica por un problema en la refrigeración del ERS, pero “no íbamos tan mal”, advierte el piloto ovetense.
Y es que su consuelo fue rodar muy próximo a un Toro Rosso y a un Red Bull, algo “impensable hace tres días”. Al bajarse del monoplaza no sabía “exactamente que le pasaba el coche”, pero se dedicó a seguir las indicaciones de los ingenieros que “me pidieron salir porque veían algunos problemas en los ordenadores”.
La mirada ya está puesta en el siguiente Gran Premio, que se disputará en China. El desgaste en los pilotos durante la prueba de Malasia fue brutal, donde llegaron a soportar temperaturas muy altas en los vehículos. Alonso quiere ponerse a punto físicamente para la carrera asiática, pendiente de “descubrir los fallos del coche poco a poco y en carrera”. Espera que lo que se rompió ayer “no se rompa en la próxima carrera”.