Los efectos del cambio climático son cada vez más visibles en la costa de Asturias. Con más de 350 kilómetros de litoral, la región afronta un desafío doble: proteger su riqueza natural y garantizar la seguridad de las comunidades que dependen del mar para vivir.

El mar que sube
Uno de los principales riesgos asociados al cambio climático es la subida del nivel del mar. Según estudios científicos, en las próximas décadas el Cantábrico podría experimentar un incremento significativo que afectaría a playas, acantilados y zonas urbanas próximas a la costa. Lugares emblemáticos como San Lorenzo en Gijón, Salinas en Castrillón o el entorno de Ribadesella ya están en el radar de los expertos por su vulnerabilidad.
Erosión y temporales más intensos
El litoral asturiano también se ve afectado por la erosión costera. Los temporales son cada vez más frecuentes e intensos, y provocan daños en paseos marítimos, puertos y arenales. Estos fenómenos no solo ponen en riesgo infraestructuras, sino que también impactan en la economía local, muy vinculada al turismo y la pesca.
Consecuencias para la biodiversidad
El mar Cantábrico es un ecosistema de gran valor, pero el aumento de la temperatura del agua y los cambios en las corrientes marinas están alterando su equilibrio. Algunas especies tradicionales de la pesca asturiana, como la merluza o el bonito, podrían ver reducida su presencia en la zona, mientras que otras especies más adaptadas a aguas cálidas comienzan a aparecer con mayor frecuencia.
La biodiversidad de los acantilados, dunas y humedales costeros también se ve amenazada. Espacios naturales como la ría de Villaviciosa o el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa requieren planes de protección reforzados para garantizar su conservación.
Respuesta institucional y ciudadana
El Principado y los ayuntamientos costeros están desarrollando proyectos de adaptación, que incluyen desde la mejora de infraestructuras hasta la creación de barreras naturales contra la erosión. Sin embargo, los expertos insisten en que la concienciación ciudadana es igualmente importante: reducir el consumo energético, apostar por la movilidad sostenible y cuidar los espacios naturales son medidas al alcance de todos.
Un reto compartido
El impacto del cambio climático en la costa asturiana es un desafío que trasciende fronteras. La colaboración entre instituciones, empresas y ciudadanía será clave para proteger un litoral que forma parte de la identidad de la región.
En un contexto en el que la subida del mar y la intensificación de los temporales son una realidad, Asturias se enfrenta al reto de combinar desarrollo sostenible y protección del entorno para garantizar que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de su costa.