El cambio horario de otoño es uno de esos momentos del año que generan debate en Candás y en el resto de España. A finales de octubre, los relojes se retrasan una hora, lo que significa que amanecemos antes, pero también que las tardes se hacen más cortas. Aunque puede parecer un simple ajuste, la realidad es que esta modificación tiene un impacto directo en nuestra vida diaria, desde el descanso hasta la productividad.

En Candás, como en el resto de Asturias, este cambio marca el inicio de rutinas adaptadas a la llegada del invierno. Las jornadas laborales y escolares terminan con menos luz natural, lo que afecta tanto a la organización de actividades cotidianas como a los hábitos de ocio y deporte al aire libre. Muchas personas sienten que los días se vuelven más cortos de lo que realmente son, lo que influye incluso en su estado de ánimo.
Efectos en la salud y el descanso
Los expertos en cronobiología señalan que el organismo necesita algunos días para adaptarse a la nueva hora. Aunque retrasar el reloj permite dormir una hora más la primera noche, el cuerpo puede tardar entre tres y cinco días en reajustar su ciclo de sueño. Algunas personas experimentan cansancio, falta de concentración o cambios de humor durante ese periodo.
En regiones como Asturias, donde las horas de luz en otoño ya son limitadas, el cambio horario acentúa la sensación de oscuridad temprana. Esto puede derivar en lo que se conoce como tristeza estacional, una alteración leve del ánimo ligada a la reducción de luz solar.
Impacto en la economía y la vida social
El cambio horario también influye en la actividad económica. Sectores como la hostelería y el comercio pueden ver cómo disminuye la afluencia en las tardes, al coincidir con el anochecer. En contrapartida, la primera parte del día suele ser más activa, con mayor dinamismo en cafeterías y mercados.
En el plano social, la vida comunitaria tiende a concentrarse en interiores: más actividades culturales, encuentros en bares y cenas tempranas. En Candás y en otras villas costeras, los paseos vespertinos por el puerto o el paseo marítimo se reducen, dando paso a un ocio más recogido.
¿Tiene futuro el cambio horario?
La Unión Europea lleva años debatiendo la eliminación del cambio horario, pero de momento sigue en vigor. La idea de mantener un solo horario estable divide opiniones: algunos defienden la utilidad de adaptar la hora a las estaciones, mientras que otros consideran que los efectos negativos sobre la salud superan los beneficios.
Mirando hacia adelante
En Asturias, el cambio horario de otoño es algo más que retrasar las manecillas del reloj: es un recordatorio de que la naturaleza marca nuestro ritmo vital. Adaptarse a días más cortos puede ser un reto, pero también una oportunidad para redescubrir la vida interior, los planes familiares y el valor de aprovechar cada hora de luz.