Las previsiones meteorológicas para este año 2025 apuntan a un otoño más cálido y seco de lo habitual en Candás, y buena parte de España. El concejo de Carreño y la villa de Candás podrían verse afectados por un escenario climático que podría tener un impacto en la vida diaria, la economía local y hasta en la cultura del ocio al aire libre.

Un clima que rompe con la tradición
Históricamente, el otoño en Candás se caracteriza por temperaturas suaves y lluvias regulares que marcan el inicio de la temporada baja en el turismo. Sin embargo, los expertos advierten que este año las temperaturas seguirán siendo más altas de lo habitual y que las precipitaciones podrían reducirse. Este cambio no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia que se repite con frecuencia en los últimos años.
Impacto en la economía local
Un otoño anómalo tiene efectos directos sobre sectores clave de la zona.
- Pesca: la alteración de los ciclos marinos puede modificar la disponibilidad de especies, afectando tanto a la economía como a la tradición gastronómica.
- Agricultura: cultivos como la manzana, base de la sidra asturiana, dependen de un equilibrio hídrico que podría alterarse con la falta de lluvias.
- Turismo: temperaturas más altas podrían prolongar la temporada turística, pero también obligar a adaptar las actividades de ocio,
Adaptación de la vida cotidiana
La población local también nota los efectos de un otoño diferente. El calor prolongado incrementa el consumo de agua y electricidad, encarece las facturas y puede afectar a la salud de los más vulnerables, como personas mayores o niños. Ante esta situación, los expertos recomiendan medidas preventivas: hidratarse adecuadamente, evitar actividades físicas intensas en horas de calor y vigilar la conservación de los alimentos.
Una llamada a la conciencia ambiental
El fenómeno no debe entenderse como una anécdota pasajera, sino como parte de los efectos del cambio climático. Candás y Carreño, como tantos municipios costeros, se enfrentan al reto de adaptarse a una realidad donde los fenómenos extremos serán cada vez más habituales. Esto exige planes de acción municipal que incluyan la gestión del agua, la promoción de energías limpias y la concienciación ciudadana.
Un otoño más cálido y seco en Candás no es solo una cuestión meteorológica: es un recordatorio de que el cambio climático afecta de manera directa a la economía, al ocio y al día a día de la población. Adaptarse a estos nuevos escenarios no será sencillo, pero representa una oportunidad para reforzar la conciencia ambiental y construir un futuro más sostenible para el concejo.