(dpa) – A quién no le ha sucedido alguna vez entrar en una página de Internet en un idioma desconocido o encontrarse perdido ante un letrero de información durante las vacaciones y haber tenido que recurrir a la ayuda de un programa de traducción.
El traductor de Google es probablemente una de las opciones más conocidas, Microsoft tiene el Translator y Apple llama a su programa iTranslate. Además, Pons también ofrece una app, Amazon ha lanzado Sayhi, y luego están, por ejemplo, Talkao o la nueva estrella de la traducción, el servicio Deepl.
Lo que tienen en común las diferentes aplicaciones es, por un lado, una amplia cartera, y por otro, una cierta susceptibilidad a los errores. Google ofrece traducciones en más de 150 idiomas, incluidos el mongol y el galés.
La mayoría de las aplicaciones ofrecen traducciones de frases habladas o de imágenes. Esto es especialmente útil en países con caracteres diferentes, por ejemplo, cuando se quieren entender las señales de tráfico o los menús de los restaurantes en Asia.
«Los programas de traducción disponibles gratuitamente en Internet pueden ofrecer un servicio razonable en el día a día», afirma Réka Maret, de la Asociación Federal Alemana de Intérpretes y Traductores (BDÜ).
La traductora explica que, en el uso diario, un posible error no lleva a mayores. En el peor de los casos, se termina pidiendo un plato equivocado o se produce un malentendido inofensivo en una conversación.
«Al fin y al cabo, estos sistemas no dominan los idiomas como lo hace un humano, solo comparan los textos traducidos y sus propias fuentes antes de arrojar un resultado basado en ellos», señala Maret.
Es cierto que nuevos programas informáticos como el de la empresa Deepl, con sede en la ciudad alemana de Colonia, utilizan la inteligencia artificial para aprender lo que significan las palabras y las frases en otros idiomas. «Las palabras no se consideran solo una tras otra, sino en el contexto de una frase», explica Janiça Hackenbuchner, del Instituto de Traducción de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Colonia.
En algunos casos, una frase se considera incluso en el contexto de la frase anterior o posterior, señala Hackenbuchner. Esto funciona bastante bien, prosigue, y las aplicaciones también pueden traducir mucho texto muy rápidamente.
Sin embargo, la tecnología tiene sus límites. En 2020, la fundación alemana de evaluación de productos y asesoramiento al consumidor Stiftung Warentest no calificó ninguna de las aplicaciones comparadas como más que satisfactoria. «Desde entonces, por supuesto, todas han mejorado bastante», acota Martin Gobbin, responsable de la prueba.
El experto explica que, además de los problemas con el vocabulario ambiguo, el lenguaje técnico o los términos especiales de diferentes campos, el software también tiene dificultades con el humor o la ironía. «Los programas no entienden el lenguaje figurado y poético o las expresiones idiomáticas», señala Gobbin.
Y también hay algunos interrogantes sobre la protección de datos. Algunas de las aplicaciones, que están disponibles tanto para Android como para iOS, enviaron datos a Facebook durante la comparación de Gobbin y su equipo. Otros querían acceder a la localización o a la libreta de direcciones.
Otro punto débil son las traducciones sexistas o racistas. «La programación en sí misma es neutral», explica Oliver Czulo, profesor de estudios de traducción en la Universidad de Leipzig. Sin embargo, el software aprende sobre la base de datos humanos, es decir, a partir de material textual real existente, y adopta los patrones correspondientes.
Todos los expertos están de acuerdo en que las aplicaciones apenas son adecuadas para el uso profesional. «Nunca dejaría que un programa tradujera contratos o cartas oficiales», resume Gobbin.
«Para las empresas, hay soluciones profesionales que también tienen en cuenta la protección de datos», añade Czulo, por lo que es mejor no utilizar una app gratuita. Según Hackenbuchner, para traducir palabras sueltas, un diccionario en línea o analógico suele ser la mejor solución, ya que estos ofrecen muchas más sugerencias, incluyendo definiciones y ejemplos de uso.
Por Julia Ruhnau (dpa)