Tokio, 8 ago (dpa) – Al equipo olímpico alemán no le espera una gran recepción cuando regrese a casa este año: la delegación se trae de Tokio el peor balance de medallas desde la reunificación y dos escándalos que enturbiaron mucho su participación.
En la recta final de los juegos se truncaron las esperanzas de oro del lanzador de jabalina Johannes Vetter y de las velocistas de pista femeninas, lo que se tradujo en un noveno puesto en el medallero general, por detrás de los Países Bajos.
Pese a ello, el presidente del Comité Olímpico Alemán (DOSB), Alfons Hörmann, afirmó que «el balance deportivo general es bueno».
Alemania se va con 37 medallas, diez de ellas de oro, once de plata y 16 de bronce, es decir cinco menos que en los Juegos de Verano de 2016 en Río de Janeiro y cuatro menos que en el hasta ahora peor resultado registrado, en Pekín 2008.
Las derrotas de todos los equipos de deportes de pelota, que «duele» a Hörmann, y la débil actuación de los considerados serios aspirantes a medallas, como los remeros y los piragüistas, así como los ciclistas, apenas pudieron ser contrarrestadas por unos pocos resultados positivos atípicos en otros deportes.
Fue el caso de la sensación del tenis Alexander Zverev, la estrella del salto de longitud Malaika Mihambo y el oro conseguido en lucha femenina por Aline Rotter-Focken justo antes de retirarse.
Sin embargo, más amargos fueron para el Comité Olímpico Alemán los escándalos por el exabrupto racista del director deportivo de ciclismo Patrick Moster contra dos participantes africanos en la carrera en ruta y el comportamiento de la entrenadora Kim Raisner en pentatlón moderno, descalificada por golpear a un caballo.
Moster tuvo que volver a casa anticipadamente por presión del Comité Olímpico Internacional (COI) y la Unión Ciclista Internacional lo suspendió por el resto del año.
Raisner fue expulsada de los Juegos de Tokio por haber pegado supuestamente con el puño al caballo de la jinete Annika Schleu, que se negaba a saltar. Schleu, que utilizó la fusta para tratar de seguir en carrera, se enfrentó a desagradables ataques de odio en la red y tuvo que cerrar sus cuentas.
Para terminar de empeorar las cosas, la directora deportiva del pentatlón, Susanne Wiedemann, dio positivo en un control de coronavirus el domingo y no puede salir de Japón por el momento.
Hörmann, que no se presentará a la reelección a finales de año tras recibir duras críticas de sus colaboradores, defendió a los deportistas y dijo que los 432 atletas alemanes presentes en Japón habían sido «grandes embajadores deportivos».
Muchos de los participantes también expresaron su satisfacción. «A pesar de las medidas y restricciones por el coronavirus, estos Juegos me han gustado mucho, mucho más que los de Río», dijo el campeón olímpico de natación Florian Wellbrock.
El jefe de la delegación alemana estuvo de acuerdo. Las expectativas generadas por unos juegos que tuvieron que ser aplazados en 2020 por culpa de la pandemia se han visto «cumplidas y superadas», dijo Hörmann. El espíritu olímpico era palpable en la villa y las instalaciones de la competición, «únicas».
También alabó la hospitalidad de los japoneses. Pero Hörmann admitió que ese «momento unificador y conmovedor a nivel emocional de otros Juegos simplemente no fue posible en tiempos de pandemia».
Las federaciones alemanas de deportes introducirán cambios a partir del próximo año, pero no tienen mucho tiempo para hacer ajustes. Sólo faltan tres años para París 2024. «Un periodo de tiempo muy corto», advirtió Hörmann.
Por Christian Hollmann y Maximilian Haupt (dpa)