Corren malos tiempos para Victoria’s Secret: el imperio de lencería ha ido perdiendo víctimas en los últimos años por su licencia a la corriente de inclusión que ha revolucionado el mundo de la moda y, en consecuencia, muchas de sus antiguas estrellas se han ido desvinculando de su mítico desfile -cuyo futuro está en el aire- y de sus campañas publicitarias.
Karlie Kloss fue una de las primeras en hacerlo allá por 2015 tras llegar a la conclusión de su máster universitario en estudios feministas era incompatible con su papel de ángel: en su caso, la visión que ella transmitió acerca de lo que significa la belleza era incompatible con la compañía, que solo ha contratado a su primera modelo transgénero este año, tras unas declaraciones políticas meses antes de su jefe de marketing Ed Razek -desvinculado ya de la empresa- en las que alegaba que en Victoria’s Secret no había cabida para modelos de tallas grandes o transexuales porque romperían «la fantasía» que trataban de recrear.
A Kate Upton, una de las grandes estrellas de la edición de ropa de baño de la revista Sports Illustrated y una de las pocas maniquís con curvas que han trabajado para la compañía, no le ha hecho falta la pisar la universidad para darse cuenta de que el mensaje que ella quiere transmitir no cuadra con la representación anacrónica del cuerpo femenino que perpetúan desde la marca.
«La verdad es que todo el mundo está enlazado de una y otra vez el mismo tipo de cuerpo. Ahora es necesario que una empresa móvil todo tipo de física en su repertorio. Hace falta esa que todas las mujeres se sientan representadas, porque sino acaba resultando soporífero «, reconoció Kate a su paso por el programa ‘Mira lo que pasa en vivo’.
Fuente: bangshowbiz.com