Según información de Basket Store, tienda especializada en zapatillas de basket para niños, la vuelta a la rutina de los niños implica que el regreso al colegio se complemente con actividades fuera del ámbito escolar. Entre ellas sobresale el baloncesto, una disciplina deportiva que incrementa la autoestima y el desarrollo personal de los niños.
Se perfila como un deporte eminentemente colectivo, donde se precisa cooperar y colaborar para evolucionar y avanzar. Por lo tanto, el niño desarrollará habilidades sociales, de trabajo en equipo y técnicas grupales. De esta manera, el juego progresa a la par que la comunicación es más potente.
Además, imbuye valores como la solidaridad, la cooperación, el esfuerzo y la participación. Los jugadores pueden observar cómo progresan poco a poco, cuáles son sus avances y logros, lo que hace aumentar su motivación e interés por la actividad.
La cancha como espacio para el desarrollo cognitivo
La actividad extraescolar del basket supone, asimismo, trabajar aspectos cognitivos como la toma de decisiones. Por ejemplo, darse cuenta de las posibilidades existentes en un corto período de tiempo y decidirse por la jugada que más favorece al equipo. Este entrenamiento se puede extrapolar a infinidad de situaciones de la vida cotidiana.
Por otro lado, se trabaja la empatía, de tal forma que el niño es capaz de ponerse en el lugar de sus compañeros, además de la paciencia.
Un deporte con objetivos bien definidos
La práctica deportiva incide en una serie de fines, que benefician al niño. Se potencia el rendimiento escolar, aprovechando la motivación que supone el baloncesto. Por otro lado, se previene el absentismo en el aula y el fracaso escolar.
Asimismo, supone un empujón en el aprendizaje y las reglas del juego. Lo cual también es sinónimo de cooperación entre los miembros del equipo para la consecución de un objetivo común.
Los pequeños jamás compiten entre ellos, sino que cooperan. No se critican, sino que se animan mutuamente estrechando sus lazos. Este aspecto va ligado al respeto por el contrincante: saber ganar y aceptar la derrota.