París, 8 jun (dpa) – El tenista alemán Alexander Zverev rememoró su debut en una final de un torneo de Grand Slam, en el US Open de 2020, una vez logrado el pase a su primera final en el Abierto de Francia, que jugará este domingo contra el español Carlos Alcaraz.
«Entonces no era un niño, pero de alguna manera seguía siendo un crío», dijo Zverev, de 27 años.
Desde la ajustadísima derrota en cinco sets en la final del US Open contra el austríaco Dominic Thiem, ha evolucionado como jugador y como persona, dijo el jugador de Hamburgo. «Espero poder demostrarlo en la pista el domingo», subrayó.
Zverev, que este viernes se impuso en semifinales al noruego Casper Ruud por 2-6, 6-2, 6-4 y 6-2, aquejado de dolores estomacales, jugará su segunda final de un torneo de Grand Slam en la pista Philippe Chatrier de París. Su adversario será el número tres del mundo, Alcaraz, de 21 años. La victoria vale la corona de rey de la tierra batida de esta temporada.
«Esta pista me conecta con algunas de las emociones más grandes de mi carrera», dijo Zverev, que sufrió una grave lesión en el pie allí hace dos años en la semifinal contra Rafael Nadal: «Espero que el domingo sea una emoción que nunca olvidaré en mi vida».
El ansiado primer título de Grand Slam está al alcance de la mano, y podría celebrarlo con 15.000 espectadores en el estadio más grande de Roland Garros. En la final del US Open de hace tres años y medio, el estadio Arthur Ashe fue cerrado a los aficionados debido a las medidas contra la pandemia de coronavirus vigentes en aquel momento.
«Fue gracioso, jugamos en el estadio de tenis más grande del mundo y al principio había siete personas», recordó Zverev, que se mostró contento de que «después de muchos días dolorosos, muchas derrotas que quizás también dolieron», tenga otra oportunidad de ganar uno de los cuatro títulos más importantes del tenis.
«Felicitaciones, llegaste más lejos que yo en París», dijo el icono del tenis Boris Becker, que llegó a semifinales en el Stade Roland Garros en tres ocasiones, dirigiéndose a Zverev desde el estudio del canal Eurosport.
En los tres últimos años, Zverev también fue eliminado en semifinales, pero ahora rompió este maleficio. Zverev es el segundo jugador alemán, después de Michael Stich hace 28 años, que lucha por la Copa de los Mosqueteros en el duelo final.
«Sé que todavía tengo un partido por delante», dijo el número cuatro del mundo cuando se le preguntó por qué no estaba aún más contento por su victoria en semifinales sobre Ruud: «Estoy contento exactamente cinco minutos y luego quiero prepararme para la final y jugar un buen partido en ella».
Tendrá que hacerlo, ya que Alcaraz demostró su gran clase en una emocionante semifinal que resolvió a su favor por 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 contra el número uno del mundo a partir del lunes, el italiano Jannik Sinner.
Con solo 21 años, el español puede celebrar su tercer título de Grand Slam en la tercera superficie, un récord para los libros de historia. Pero la joven estrella también siente un gran respeto por Zverev. «Juega muy bien en tierra batida», afirmó Alcaraz, que está especialmente impresionado por el servicio de Zverev.
De cara a la final, Zverev también sentirá una mayor tranquilidad, ya que el juicio contra él por una presunta agresión a su exnovia ha terminado archivado. Un tribunal del distrito de Berlín archivó el caso a cambio de una multa de 200.000 euros (216.188 dólares). Por tanto, no hubo condena y la aceptación del pago de una multa no constituye una admisión de culpabilidad.
Zverev sigue considerándose inocente: «Estoy contento de que se haya acabado». Además, advirtió a los periodistas en la segunda pregunta de la rueda de prensa tras su victoria ante Ruud: «No quiero volver a oír otra pregunta sobre este tema. Eso va a todos».
Por Jörg Soldwisch (dpa)