Septiembre es el mes de la vuelta al cole y también el mes en que los padres miran, comparan y compran la mejor equipación para sus hijos, con un ojo puesto en la economía, intentando elegir productos que sean duraderos y que sirvan para todo el curso. Esto es vital para las familias a la hora de comprar, y la marca Gorila, que ha calzado niños durante 75 años, lo sabe bien. Ha hecho de la duración junto con la tecnología las señas de identidad de la marca, prometiendo seguir calzando nuevas generaciones con zapatos fabricados con los mejores materiales, la última tecnología y un buen diseño.
El pie del niño está compuesto de 26 huesos, tendones, articulaciones, … especialmente delicados en fase de crecimiento. Para la marca, comprender el funcionamiento del pie del niño es clave para poder crear zapatos que sean cómodos, y a la vez duraderos. Desde hace un lustro vienen desarrollando sus suelas Adaptaction® en colaboración con podólogos y biomecánicos. Estas favorecen el desarrollo natural de los pies del niño al dotar al zapato de una óptima flexibilidad y capacidad de adaptación al mismo. Gracias al material de fabricación y componentes internos patentados internacionalmente, la suela reproduce los movimientos naturales del pie, ensanchándose con la pisada, al igual que hacen las plantas de los pies al apoyar en el suelo.
Desde su central en Arnedo (La Rioja), el equipo de diseño ha desarrollado y mejorado durante años este tipo de suelas, componente fundamental del zapato. Las de Gorila están compuestas de un material exclusivo de última generación, que aporta un mínimo peso y una gran amortiguación y flexibilidad, características fundamentales para el desarrollo del pie del niño. A su vez, ofrece gran resistencia al desgaste y máximo agarre, prestaciones propias de los zapatos Gorila, que han hecho suya la frase “a prueba de niños”. Los zapatos están cosidos con hilo especial de poliamida continua que aporta gran duración, y en su exterior, las pieles con las que están hechos los zapatos Gorilas son elegidas entre cueros de alta calidad de todo el mundo, poniendo atención a que estos sean flexibles pero a la vez durables.
Algunos de sus modelos son también impermeables, pero sin dejar de transpirar. Y en su interior, forros técnicos de última generación que absorben y evaporan la humedad del entorno del pie, y que además cuentan con un tratamiento especial antibacterias que evita los tan temidos hongos y otras enfermedades. También los Gorila incluyen plantillas interiores termoconformadas, extraíbles y lavables, con capacidad de amortiguar y adaptarse al pie a la vez que absorben el sudor producido por la planta.
Después de 75 años de andadura y dos propietarios distintos, Gorila tiene hoy las miras puestas en la expansión internacional. El consejero delegado, Basilio García, prevé un incremento de las ventas del 15% este año. Ya en 2015, según los datos de la propia compañía, consiguió vender 300.00 pares de zapatos por los que obtuvieron 7 millones de euros en ingresos. Gorila es una empresa tradicional pero muy moderna, con la vista puesta en el futuro, y sin perder nunca su objetivo, hacer los zapatos más cómodos y duraderos para los pies de los niños.