José Luis Rodríguez Zapatero ha negado ser lobbista del Gobierno chino, destacando que su relación con China se remontaba a su etapa como presidente, algo que compartían otros gobiernos.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó este lunes haber jugado un papel importante en la llegada de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, al aeropuerto de Barajas y destacó que tiene «muy buena relación» con ella.
Así lo afirmó el expresidente en Los Desayunos de El Ateneo de Madrid, en el que rechazó que esté implicado en la llegada de la vicepresidenta de Venezuela la noche del 20 de enero a Madrid y remarcó que «tiene muy buena relación» con ella.
Zapatero evidenció que «fue un hecho noticiable» la llegada de Delcy asegurando que «vino invitada a una circunstancia ocasional sin un fin especifico y el otro día el presidente dijo que no sabía que entraba y es que nadie se apercibió de que eso estaba ahí». El expresidente defendió que se desconocía que Delcy tenía una sanción por la cual que se le prohibía entrar en territorio europeo. «Ese es el tema, que nunca se había aplicado ni se había tenido que considerar», sentenció y agregó que «cuenta mucho más el azar en la historia que la conspiración».
Preguntado por si cree que aparecerá en algún informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil relacionado con el petróleo que investiga la Justicia sobre el ‘caso de Hidrocarburos’, tal y como algunos medios han publicado, Zapatero respondió que «todo arrancó con la mina de oro famosa», y entre risas señaló que le parece «una broma todo». «Todo arrancó con la mina de oro famosa del Pollo Carvajal que decían que dijo, que nunca lo dijo», sentenció sobre el exdiputado de la Asamblea de Venezuela y quien fuera uno de los hombres del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Asimismo, negó ser lobbista del Gobierno chino recalcando que tiene relación con el Gobierno chino desde su etapa como presidente, «como muchos otros gobiernos» y «no estoy ni en el Comité Central del Gobierno chino aunque la derecha casi lo diga». «Defiendo las relaciones con China como con otros países, también defiendo el multilateralismo», remarcó para añadir que «somos un país que compramos 40.000 millones en productos chinos y tenemos una inversión por debajo de lo que tiene Francia». Por último, reinvindicó su derecho a dar conferencias en China. «Pese a no trabajar para el Gobierno chino, me invitan y seguiré yendo», zanjó.
