HUNTSVILLE (dpa) – Sus pasos son más lentos que antes. Sin embargo, los ojos de Brooks Moore siempre brillan cuando está parado bajo el cohete lunar que hasta cierto punto también fue su obra.
Cuando habla de los tiempos en que trabajó como jefe de laboratorio del Programa Apolo, sus palabras cautivan desde el primer segundo al público en el US Space & Rocket Center en Huntsville.
Moore tiene 92 años y colaboró en la ingente misión que se había fijado la agencia espacial estadounidense Nasa en las décadas de los 60 y 70 para enviar cohetes tripulados a la Luna. La mayoría de los visitantes del museo de cohetes en el norte del estado de Alabama no se acuerdan de esa proeza. Sin embargo, existen afortunadamente testigos de la época como Moore para contar la historia.
Una o dos veces a la semana, Moore acude al Davidson Center for Space Exploration, donde el cohete Saturno V está colgado bajo el techo de la nave. Generalmente, Moore está aquí los domingos por la tarde para contestar preguntas de los visitantes.
En Huntsville hay unos 35 voluntarios como Moore que realizan esta labor informativa. Entre ellos hay ex astronautas del transbordador espacial STS, generales jubilados y muchos técnicos. «No nos definimos a nosotros como científicos espaciales. Somos y seguimos siendo ingenieros», dice Moore.
En 1952, Moore se incorporó a un equipo que trabajaba en Huntsville para el Ejército estadounidense y que estaba integrado principalmente por alemanes, encabezados por Werner von Braun. Muchos de ellos ya habían desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial cohetes como el V2, un arma destructiva en manos del régimen nazi.
Después de la guerra se trasladaron al otro lado del Atlántico para trabajar para Estados Unidos. Muy pronto ya no se trataba solo de desarrollar armas para objetivos en la Tierra sino también de buscar vías para la exploración de la Luna y el Universo.
«Los alemanes iban diez años por delante de nosotros. Sin ellos no lo habríamos logrado», dice Moore cuando recuerda los alunizajes. Moore participó en el desarrollo de la unidad de instrumentos electrónicos y computarizados para el mando del cohete Saturno V, que está expuesto en el museo.
El Saturno V fue utilizado en los años 60 para pruebas, explica el curador de la exposición, Ed Stewart. En el recinto del museo hay además una réplica del Saturno V de 1999 que se alza como un dedo gigante hasta una altura de poco más de 110 metros. En el Davidson Center también se puede ver la cápsula espacial en la que la tripulación del Apolo 16 regresó a la Tierra después de haber cumplido con éxito en 1972 el penúltimo alunizaje. La exposición al aire libre también incluye aviones de prueba y la nave espacial «Pathfinder» construida en 1977 para la Nasa.
Una y otra vez, los visitantes del museo en Huntsville pisan las huellas de Werner von Braun y los otros ingenieros alemanes. El museo no oculta su relación con personajes asociados a los crímenes de guerra cometidos por los nazis, pero coloca claramente en primer plano los méritos posteriores de Von Braun y su equipo.
«Cuando tenemos que tomar decisiones difíciles, seguimos preguntándose hasta el día de hoy: ¿qué haría Von Braun?», dice la directora del museo, Deborah Barnhart, cuyo automóvil lleva la matrícula «WWVBD», abreviatura de «What would von Braun do?
El norte de Alabama se ha beneficiado mucho del programa de cohetes estadounidense. Sin este, Huntsville probablemente hubiera seguido siendo una ciudad centrada en la agricultura, señala Stewart.
Deborah Barnhart tenía 17 años cuando vio en la televisión a Neil Armstrong bajando del módulo lunar. En aquel entonces, toda la localidad pensó: «Lo hemos logrado. Hemos llevado a la humanidad desde Alabama a la Luna».
Mucha gente creía que después del primer alunizaje en 1969, los viajes al satélite de la Tierra iban a convertirse en una rutina permanente, como en un aeropuerto, recuerda la directora del museo. Sin embargo, la historia fue diferente. Después del vuelo del Apolo 17 se suspendieron los viajes a la Luna.
En el verano (boreal) de 2019, cuando se celebrará el 50 aniversario del primer alunizaje, la época del cohete Saturno V volverá a estar en el centro de la atención. Para el 20 de julio está programado un gran concierto en el recinto del museo de Huntsville. El día previo se llevará cabo una fiesta bajo el lema «Dancing in the Streets» (Bailando en las calles). Y ya el 16 de julio los visitantes podrán observar un intento de batir un récord mundial: el US Space & Rocket Center planea lanzar al cielo sobre Huntsville, a las 08:32 horas, la hora exacta del despegue del Apolo 11 medio siglo antes, unos 5.000 pequeños cohetes, que regresarán a la Tierra colgados de pequeños paracaídas.
Información básica: Huntsville
Cómo llegar: No hay vuelos internacionales directos a Huntsville. Los viajeros tienen que transbordar en Atlanta, Detroit, Dallas o Chicago. El viaje en coche de Atlanta a Huntsville, una distancia de 300 kilómetros, dura unas tres horas y media.
Horario de apertura: El Space & Rocket Center abre todos los días de 09:00 a 17:00 horas. La entrada para adultos cuesta 25 dólares (22 euros).
Por Christian Röwekamp (dpa)