El verano es una época perfecta para hacer actividades al aire libre o salir de vacaciones a la playa. Sin embargo, así como tu tipo de vestimenta cambia radicalmente cuando llega el verano, lo mismo debe pasar con el tipo de calzado que utilizas.
Y es que el tipo de calzado ideal para el verano debe ser ligero, flexible, cómodo, transpirable, que no se salga y que permita que el pie quede holgado en su interior, aunque bien sujeto. La razón de esto se debe a que, precisamente, durante el verano caminamos mucho más y si realizamos senderismo, o cualquier caminata al aire libre no podemos ponernos determinados zapatos.
Por eso, en esto post te mencionaremos algunos detalles importantes sobre el calzado que debes utilizar en verano y lo que no debes ponerte. Así que presta atención a los siguientes tips que te mencionamos a continuación:
La utilización de las chanclas/chancletas:
Aunque son las más utilizadas durante el verano, hay que tener cuidado con ellas. Su uso debe limitarse a la playa, la piscina y las duchas públicas. Pero no para llevarlas todo el día. Es más; los podólogos señalan que no se puede realizar ningún tipo de actividad con ellas, incluso la de pasear, ya que, los pasos son más cortos, se arrastran los pies y se fuerza el tobillo al caminar, lo que favorece la aparición de dolor.
La utilización de tacones y plataformas
En verano, los tacones son más peligrosos que en invierno, especialmente si no sujetan muy bien el pie. Tampoco son sanos en ninguna época del año, ya que, a largo plazo favorecen los problemas de columna y la artrosis. No obstante, pasar del tacón al pie completamente plano, como se hace frecuentemente en verano, tampoco es bueno, pese a la comodidad que supone en la realización de las habituales actividades veraniegas. En cualquier caso, hay que mantener un mínimo de tacón durante algunos días para que la transición sea más cómoda y saludable para el pie.
La utilización de tejidos naturales
Una condición fundamental del calzado de verano es que sea transpirable. Y en esto, independientemente de si se trata de un calzado abierto o cerrado, los materiales son importantes. Hay que evitar, por ejemplo, las suelas de goma, pues facilitan la sudoración del pie. La suela de cáñamo o esparto es una buena opción. También el cuero. El uso de plantillas especiales para la transpiración debe ser un recurso para tener en cuenta.
Así que ya lo sabes, si quieres contribuir a la salud de tus pies y además deseas estar cómodo este verano, recuerda que la opción perfecta para el verano en lo que a calzado se refiere, son zapatos ligeros, flexibles y transpirables.
Por: Soraya Andreina Pérez Mohammed