Nueva York, 25 ago (dpa) – Hace un año eran ilustres ausentes y durante la disputa del Abierto de Estados Unidos de tenis nacieron sus respectivas hijas: doce meses después, Serena Williams y Novak Djokovic son dos firmes candidatos al título que la preclasificación no demuestra.
La estadounidense faltó al US Open pasado porque estaba a punto de dar a luz a su hija Olympia, que nació en pleno torneo. El serbio no estuvo porque se estaba recuperando de una operación en el codo y durante el certamen fue padre de Tara, después de que en octubre de 2014 naciera Stefan. Hoy regresan a un torneo que ya los vio reinar, seis veces la norteamericana y en dos ocasiones el serbio.
Tanto Williams, pero sobre todo Djokovic, eran los jugadores más temidos del sorteo, con una preclasificación más alta de lo que su tenis y sus pergaminos indican. Luego, el cuadro lo confirmó: la campeona de 23 Grand Slam y décimo séptima cabeza de serie tiene un potencial choque con su hermana Venus en tercera ronda y podría cruzarse con la número uno del mundo, Simona Halep, en los octavos de final.
«¿Quieren saber mi reacción cuando escuché el cuadro?», dijo entre risas la rumana, que este año ganó su primer Grand Slam en Roland Garros.
«Es realmente un cuadro muy difícil. Va a ser un gran desafío», explicó Halep, que cayó el año pasado en la primera ronda y tendrá un debut difícil el lunes ante la estonia Kaia Kanepi, cuartofinalista en Nueva York en 2017.
En su regreso a Flushing Meadows, donde ganó en 1999, 2002, 2008, 2012, 2013 y 2014, la menor de las hermanas Williams jugará ante la polaca Magda Linette, con objetivos renovados, según ella misma explicó.
«Siento que todo es diferente en términos de que estoy viviendo una vida diferente, estoy jugando el US Open como mamá. Es nuevo y está fresco», comentó hoy en una rueda de prensa.
«Siento que tengo más fuego interno. Es muy difícil de describir. Pensé que después de tener una hija estaría más relajada, pero no lo estoy. Trabajo igual o más duro. Siento que lo tomo igual de serio o más. Eso ha sido realmente sorprendente para mí», completó Williams, que aseguró no haber visto el duro cuadro que le tocó. «Ahora lo sé», dijo entre risas cuando le preguntaron sobre su camino en el torneo.
A punto de cumplir 37 años, Serena todavía es una referencia ineludible en el tenis femenino. Su vigencia la demostró en Wimbledon, donde llegó a la final que perdió ante la alemana Angelique Kerber. Fue su primer gran resultado tras el parto que casi le cuesta la vida, según contó ella meses después del nacimiento de Olympia.
Sin embargo, su camino al US Open no fue el esperado. Hace menos de un mes sufrió la peor derrota de su carrera al caer 6-1 y 6-0 ante la británica Johanna Konta en la primera ronda del torneo de San José, después renunció a Montreal por motivos personales y por último cayó en la segunda ronda de Cincinnati ante la checa Petra Kvitova en tres sets.
Muy distinto fue el trayecto de Djokovic, sexto favorito en el Corona Park y vencedor de 13 Grand Slam, que tras ganar Wimbledon en julio confirmó su regreso al primer nivel con el título de Cincinnati. Por eso, no resultó una noticia alentadora para el suizo Roger Federer saber que lo podría cruzar en los cuartos de final.
«No podemos controlarlo, pero aún no estoy en el partido de cuartos de final. Todavía no estoy ni en el partido de segunda ronda. ¿Cómo me siento ante mi partido de primera ronda? Ese es el enfoque que debo tener», remarcó el número dos del mundo, que en teoría tendría un camino cargado de obstáculos rumbo a un título que no gana desde 2008: Djokovic en cuartos, el alemán Alexander Zverev en semifinales y el español Rafael Nadal o el argentino Juan Martín del Potro en la final.
Diplomático como siempre, el campeón de 20 grandes consideró que son las leyes del sorteo. «El sorteo es el que es. Los cuartos de final ya es una etapa bastante profunda en un torneo. En términos de puntos, lo sé, es una broma, ya que no es lo mismo 360 a 2.000 puntos, pero no creo que Novak y yo estemos jugando por los puntos», dijo el suizo, que consideró que podría haber sido peor si Djokovic no le ganaba la final en Cincinnati.
«Si no tenía ese ascenso en el ranking, también podría haber jugado con Novak en la cuarta ronda. Así que creo que todos estamos más contentos de que esté mejor clasificado para que no tengamos que enfrentarlo ya en la primera ronda, como Stan (Wawrinka), que está jugando contra (Grigor) Dimitrov una y otra vez», explicó.
Wawrinka, recuperándose de una operación de rodilla, debutará ante el búlgaro tal como sucedió en Wimbledon.
Por Ariel Greco (dpa)