Múnich, 16 feb (dpa) – La transmisión de enormes masas de datos está haciendo llegar a sus límites la capacidad de la radiofrecuencia, por lo que empresas de todo el mundo están trabajando en una tecnología láser que pueda servir como sustituta, una idea que suena a ciencia ficción o a película de «Star Wars».
La principal ventaja de las emisiones láser es su mayor capacidad. Mientras que el récord mundial de la radiofrecuencia es de 36 gigabits por segundo, los investigadores del Centro Aeroespacial de Alemania (DLR), ubicado cerca de Múnich, consiguieron con láser casi cinco veces más: un volumen de 1,7 terabits por segundo.
«En el caso de la radiofrecuencia hay un límite físico, pero la frecuencia es mucho más elevada en el caso del láser», explica Wolfram Peschko, presidente del consejo de administración de Mynaric AG, una firma surgida del DLR.
Esta startup ubicada también a las afueras de Múnich tiene planes ambiciosos. «Partimos de una base muy distinta que las clásicas empresas espaciales que viven de grandes encargos estatales y fabrican productos individuales muy costosos», dice Peschko. «Cuando abordan un proyecto dura años y es realmente caro. Venimos del área financiada a nivel privado, nuestros tiempos de desarrollo son relativamente cortos», explica.
Entre los interesados están Facebook, Google y SpaceX, la compañía espacial del fundador de Tesla, Elon Musk.
La cantidad de datos transmitidos a nivel global aumenta constantemente. «La necesidad actual es de unos 10 gigabits por segundo, pero en un par de años será probablemente de 100 gigabits», estima Peschko.
La comunicación inalámbrica láser es además mucho más barata que la fibra óptica. «Si hay que pasar todo bajo tierra, el proceso es muy caro. Las redes en el aire con ayuda de nuestra tecnología son hasta 10 veces más baratas que las redes clásicas que van por el suelo».
La transmisión óptica es posible en múltiples variantes: desde el satélite o un avión al suelo o desde un satélite a otro o de un avión a otro. «Necesitamos un Internet alternativo en el aire», afirma Markus Knapek, también del consejo de administración de Mynaric.
Los primeros experimentos de comunicación óptica en el espacio se hicieron ya hace décadas, indica Harald Hauschildt, director del programa «Secure and Laser Communication Technology» de la agencia espacial europea ESA. Pero las primeras terminales para su uso en el espacio pesaban entre 200 y 300 kilos, era demasiado. «Hoy en día esto es un mercado en crecimiento», asegura el astrofísico.
La ESA está construyendo junto con la empresa Airbus un sistema de satélites europeo para transmisión de datos (EDRS). «En el marco del programa EDRS, que es único en el mundo, se envían ya a diario datos a través del láser desde el satélite de observación terrestre Copérnico al EDRS y de allí a tierra», explica Hauschildt. «Ya hay un satélite en órbita y se está construyendo otro».
Se podrían transmitir enormes paquetes de datos de manera directa a una distancia de decenas de miles de kilómetros, asegura. «Hoy en día la información se capta de forma óptica y se transforma en frecuencias de radio, pero queremos mantenerlo el mayor tiempo posible en el nivel óptico».
La investigación de base se hacen en el DLR. El científico Christian Fuchs y sus compañeros trabajan entre otras cosas en un aumento de las tasas de transmisión de datos. Los 1,7 terabits tierra-tierra son un récord mundial que tiene el DLR, indica el director del sector de sistemas de comunicación ópticos.
La radiofrecuencia ya tiene problemas por falta de capacidad. «Justamente con los satélites está siendo difícil obtener nuevas licencias de transmisión», explica Fuchs, para quien la comunicación óptica también tiene otra ventaja práctica importante: «Se puede hacer funcionar los sistemas sin licencia».
Pero aún hay obstáculos técnicos y físicos que resolver en la transmisión óptica. Los rayos láser son haces de luz. «Cuando hay nubes o niebla no pueden transmitir datos», asegura Fuchs. Y también surgen problemas a gran altura.
La industria es el principal motor de la búsqueda de mayores capacidades de transmisión, dice Peschko: «Las personas con las que hablamos quieren tener los sistemas listos hasta mediados de la próxima década».
Por Carsten Hoefer (dpa)