“Que tristeza no disfrutar de la Sardina”, esa es una de las frases que nos han comentado un grupo de vecinos llegados de Oviedo, hoy en el Puerto de Candás, y es que lo evidente no se puede ocultar, hoy Candás tendría que ser un punto de encuentro de amigos, familias y Peñas para celebrar un Festival que con el paso de los años se ha ido convirtiendo en un referente del verano de la Villa.
Hoy hay gente por las calles, y muchas personas han llegado para comer en los bares y restaurantes de Candás, otros aprovechan el día para pasear por el Puerto, San Antonio, visitar nuestras Iglesias y Capillas, calles y zonas comerciales, pero no hay “olor a sardina” y tampoco atracciones y mucho menos “ambiente festivo” por las calles.
Un matrimonio de Gijón, rondan los 80 años, han dicho, “Nos conocimos en La Sardina y cada año volvemos, hoy toca ir de restaurante”, un grupo de jóvenes mucho más atrevidos han comentado, “nosotros haremos nuestra fiesta”, los comerciantes y hosteleros con los que hemos hablado lamentan el “batacazo” que supone para sus negocios, “Han sido meses duros, y con muchos gastos y pocos ingresos, La Sardina era un balón de oxigeno que necesitábamos para seguir adelante, de seguir así la cosa ya veremos quién aguanta el invierno”.
Lo que hemos palpado ha sido también el espíritu responsable de residentes y visitantes, la mascarilla es parte del decorado de las calles de Candás.
Si Dios quiere y la salud nos respeta el año que viene lo podremos celebrar con más ganas.