Hallig Süderoog (Alemania), 27 may (dpa) – Holger Spreer y su compañera Nele Wree son los recolectores de basura de Süderoog, una pequeñísima isla perteneciente al grupo de las Halligen en el Mar del Norte frente a las costas de Schleswig-Holstein y que no cuentan con diques de protección.
Spreer y Wree se encargan de retirar los desechos arrastrados por el mar. A veces recorren la costa y juntan la basura varias veces por semana. «Con tractor y pala mecánica, si no uno se muere cargando todo», explicó Spreer.
La pareja recoge cada año varias toneladas de basura, en su mayoría producto del comportamiento de la sociedad de consumo. Pero este aluvión de desechos no llega solo a Süderoog. «Se ve a lo largo de toda la costa continental», aduce Spreer.
Según estimaciones de la organización alemana de protección de la naturaleza Nabu, cada año llegan al Mar del Norte alrededor de 20.000 toneladas de basura, en su mayor parte producidas por la navegación y la pesca.
Recuentos de basura revelan que «se encuentran una media de 712 desechos por cada 100 metros de costa», señala la agrupación ambientalista.