El paisaje, como elemento integrante de la relación entre el ser humano y su hábitat, constituye un factor importante de bienestar. Puede mejorar la calidad de vida al generar sensaciones positivas, que forman parte de las necesidades de cualquier sociedad.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), miembros de su Centro de Investigación del Transporte (Transyt), ha desarrollado una herramienta metodológica que facilita la incorporación del paisaje así entendido en la planificación, diseño y operación de las autopistas. Los detalles se publican en el Journal of Environmental Management.
La relación de las carreteras con el paisaje es de particular importancia, dado que alteran los recursos ambientales del territorio, pero constituyen también un medio a través del cual el individuo entra en contacto con el espacio natural. El objetivo de la investigación partía de esta idea: diseñar una metodología para evaluar el carácter y la calidad escénica del paisaje que se ve desde las autopistas y proporcionar medidas para evaluar si la autopista transmite el carácter del paisaje del que forma parte.
Para realizar el trabajo, los investigadores combinaron dos escalas. Por un lado, emplearon cartografía digital y sistemas de información geográfica. Con ello evaluaron el carácter del paisaje en la escala propia de la evaluación de impacto ambiental. Por otro lado, utilizaron fotografías para valorar su calidad escénica a partir de la percepción de los usuarios de las autopistas. Este segundo método corresponde con la escala del proyecto de trazado y construcción de carreteras.
Aplicación en la autopista AP-6
Los investigadores sostienen que el empleo de fuentes complementarias de información facilita la comprensión e interpretación del paisaje, en la medida que simplifica su complejidad y garantiza que la evaluación sea lo más objetiva posible. La propuesta metodológica es concreta, replicable y transparente, en opinión de sus autores, que la aplicaron como caso de estudio a una autopista de la Comunidad de Madrid, la AP-6, en el tramo entre Collado Villalba y el túnel de Guadarrama.
El carácter del paisaje que cruza la carretera se evaluó mediante cartografía en términos de coherencia, naturalidad, complejidad, escala visual, presencia de elementos históricos, perturbaciones y elementos de naturaleza efímera. También se valoró, según el método ya explicado, la calidad del paisaje que percibe el conductor. El estudio, además de concluir que se ven paisajes desde pobres hasta de calidad sobresaliente, ha servido para localizar posibilidades de mejora en los márgenes de la carretera mediante medidas de integración paisajística.
Los investigadores explican que los resultados de su trabajo pueden ayudar en diversos aspectos a los planificadores, diseñadores y operadores de autopistas. Por ejemplo, a la hora de evaluar dentro de los estudios de impacto visual las diferencias entre los dos estados del paisaje (con y sin un nuevo proyecto) o justificar actuaciones en el campo de la integración paisajística ante la Administración. También para la mejora de actuaciones paisajísticas considerando la relación entre coste y eficacia, la valoración en licitaciones de concesión o la gestión de los trabajos de proyecto y mantenimiento de medidas de integración.
SINC