La antigua Ciudad Residencial de Perlora actualmente es un vertedero de basura. Esa es la sensación, visión y opinión de muchos vecinos de Carreño y de otros visitantes llegados desde diferentes puntos de Asturias o más allá del Principado.
Las fotos de la costa de Perlora son muy bonitas, y un buen reclamo publicitario, podemos dar fe de ello, pero lo que no se ve en muchas fotos son los contenedores o papeleras sin usar o hasta arriba de basura, las bolsas y excrementos humanos en zonas verdes o las pintadas en casas y en otros lugares. Para comprobar la realidad basta con dar un paseo y ver que lo evidente no se puede ocultar.
Lo de Perlora tiene responsables, es culpa de las personas que no respetan el entorno y a las que les da lo mismo dejar todo tipo de residuos en cualquier lugar en vez de llevarlos hasta un contenedor o a su casa, ambas opciones se suelen hacer en los países «con una sociedad más avanzada y que realmente sabe cuidar de lo suyo». Y de ahí nace la opción nada descabellada de implantar una ecotasa por el uso de las zonas recreativas y controlar también el acceso a Perlora para intentar que aquellas personas que lleven comida o quieran realizar barbacoas actúen de manera responsable. Obviamente la medida no tendría que afectar a las personas que realizan deporte o pasean por la zona, pues son casos muy diferentes.
Para ello se necesitaría reforzar el servicio de vigilancia que podría ser costeado con esa ecotasa que se ha implantado en muchos lugares. Además se crearían puestos de trabajo y las personas serían más cuidadosas, pues no hay que confundir espacio público con vertedero público.
¿Qué es una ecotasa?, es un impuesto ecológico o verde que muchas autonomías y países han implantado tanto para la protección del entorno, como para hacer frente a los gastos o daños causados por esa parte de la sociedad a la que no le importa sembrar suciedad o causar desperfectos en zonas que deberían ser cuidadas y protegidas por todos sus usuarios.
Obviamente la medida deberían tomarla las administraciones competentes y además también servirían para recaudar impuestos para la restauración y mantenimiento del recinto, y de ese modo Perlora podría volver a recuperar parte de su belleza en unos años.
Perlora no volverá a ser nunca la de hace varias décadas, pero en el caso de que Ayuntamiento, Principado y la sociedad remen en la misma dirección podría ser un lugar más limpio, más atractivo y con mejores servicios.