Londres, 10 jul (dpa) – La pista central del torneo de tenis de Wimbledon es el escenario de las grandes historias del deporte. El sábado la estadounidense Serena Williams escribió la suya: ganó su título de Grand Slam número 22 y se convirtió, junto a la alemana Steffi Graf, en la tenista más exitosa en torneos grandes en la Era Abierta.
Al consagrarse campeona de Wimbledon tras vencer a alemana Angelique Kerber por 7-5 y 6-3 en la final, la número uno igualó los 22 trofeos grandes de Graf como máximas ganadoras en la Era Abierta (1968).
En la historia, ambas están detrás de la australiana Margaret Court, que ganó 24, aunque 13 fueron antes de la Era Abierta.
Hace un año que la número uno persigue esa cifra, algo que la «estresó» y la hizo «perder finales», según contó en la conferencia de prensa como campeona del torneo de Wimbledon.
«Es un gran alivio. Había luchado mucho para llegar al 22», dijo Williams, que con 34 años y 287 días se convirtió en la campeona de un título grande más veterana en la Era Abierta.
«Haber estado cerca y no llegar fueron noches de dormir poco. He aprendido mucho sobre no involucrarme en los debates para llegar al 22», comentó, ahora relajada, la siete veces campeona aquí.
Tras ganar su título grande número 21 en Wimbledon en 2015, Williams cayó en las semifinales del US Open 2015 y en las finales del Abierto de Australia, ante Kerber, y en Roland Garros, el mes pasado, frente a la española Garbiñe Muguruza.
«Había tenido mis intentos (de igualar a Graf) pero enfrenté grandes oponentes, como Angie (Kerber). Es más dulce la victoria porque trabajé mucho», comentó la campeona con el trofeo en la mano, en la ceremonia de coronación en la pista central.
«Finalmente pude igualar la historia, es bastante increíble, fue una victoria emocionante», dijo Williams, que fue saludada por celebridades y leyendas del tenis en el All England tras su consagración.
Las finales perdidas sirvieron de lección porque Williams salió con implacable determinación a buscar lo que le pertenecía luego de dos semanas a un altísimo nivel en la hierba londinense.
Tras 1:21 horas, la número uno consiguió una victoria sólida, con un quiebre de servicio en cada set ante Kerber, número cuatro, que luchó duro en la pista central, pero apenas contó con una ocasión de quiebre y no la pudo aprovechar.
«No creo que haya perdido el partido, sino que ella lo ganó. Tuve un break point y no pude hacer nada», comentó luego en la conferencia de prensa la alemana.
«Intenté luchar hasta el último punto, pero ella jugó un muy buen partido, hizo todo bien», añadió.
Algo similar sintió Williams: «Fue una gran final, ella jugó muy bien y fue duro ganarle. Tuve que trabajar para ganar cada punto».
A los casi 35 años, esa perseverancia es un gran ejemplo para las jóvenes.
«He tenido la oportunidad de inspirar a muchas niñas y mujeres, pero no deberíamos limitar a las atletas femeninas», señaló Williams, ícono del feminismo.
«Debes hacer muchos sacrificios, dejar de salir con amigos por ejemplo, entrenar cada día de tu vida», añadió la número uno, que ganó su primer título de Grand Slam hace 17 años, en el US Open de 1999.
Con toda esta experiencia a cuestas, Williams dejó un mensaje al cierre de su rueda de prensa: «¿Qué más he aprendido? He aprendido que no puedes ganar todo y que no puedes ser perfecta».
Por Santiago Peluffo