Washington/Charlotte, 27 oct (dpa) – El cuadro parece completo: un seguidor del presidente populista estadounidense, Donald Trump, lleva su fanatismo al extremo y envía paquetes bomba a ex representantes y simpatizantes de la oposición política que tanto odia.
Cesar Sayoc, un hombre de 56 años y con antecedentes penales, se comporta de forma sorprendentemente ingenua poniéndoselo fácil al FBI al dejar sus huellas dactilares en los sobres enviados. Pero en toda esta historia, que mantiene a Estados Unidos en agitación, quedan muchos interrogantes por resolver.
Los investigadores apenas han resuelto algunos de ellos, como el de qué había exactamente en los paquetes. Según las informaciones que se tiene hasta el momento, había tubos de PVC de unos 15 cm de largo, repletos de pólvora y equipados con un detonador que debía haber reaccionado con el calor. Se considera seguro que al menos algunas de esas bombas estaban fabricadas de manera que no podían funcionar. Es un obra ¿de un delincuente poco profesional? ¿O tal vez se trata de una treta?
A poco más de una semana de las elecciones para el Congreso de mitad de mandato, en Estados Unidos son muchos los que preguntan: ¿A quién beneficia todo este debate sobre las bombas? «El debate nutre ambas bandos políticos», señala la página de noticias «The Hill», un portal de noticias en Washington que destaca por sus buenas fuentes.
En todo caso, los republicanos de Trump han perdido la oportunidad de hablar sobre otros temas en una fase importante de la campaña electoral. Los fieles a Trump sostienen que su presidente es la única víctima de esas bombas.
El presidente estadounidense dejó claro de nuevo la noche del viernes que no va cambiar nada en su retórica. Trump dijo ante periodistas que él no es culpable. Los críticos le habían reprochado que su retórica incendiaria alienta fanáticos como el ahora detenido Cesar Sayoc. Al ser preguntado sobre si iba a cambiar su discurso, el mandatario aseguró que ya había moderado el tono.
Durante un acto electoral poco después, Trump volvió a arremeter con dureza contra los medios y el partido Demócrata, en la oposición. Antes había despreciado los paquetes bomba y dejó entender de forma indirecta que se trata de un debate impostado.
La política demócrata Hillary Clinton, que se disputó la presidencia con Trump, responsabilizó indirectamente de lo ocurrido al mandatario.
«Vivimos en una época en la que el ambiente es muy inestable y está lleno de odio y tenemos un presidente que practica continuamente una retórica imprudente que busca humillar y demonizar a todas las personas posibles», dijo Clinton el viernes por la noche durante un evento en el centro cultural neoyorkino 92Y.
«Arenga a los multitud que acude a verle y es casi como una relación adictiva: los atrae y ellos le dan lo que aparentemente necesita para sentirse fuerte e importante», añadió la ex secretaria de Estado.
La serie de paquetes bomba tiene en vilo a Estados Unidos desde el miércoles pasado. En total los investigadores han interceptado 14 paquetes bomba dirigidos, entre otros, al ex presidente Barack Obama o la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, así como otras destacadas figuras del partido Demócrata. Todos estos paquetes fueron interceptados antes de llegar a su destino. Nadie resultó herido.
Trump condenó los hechos en varias ocasiones el viernes, pero en ningún momento mencionó el nombre de los afectados. Cuando al inicio del acto electoral del viernes dijo que iba a hablar sobre los paquetes enviados a «destacadas personalidades» , la multitud le abucheó. El mandatario arremetió de nuevo contra los medios y los acusó de querer sacar ventaja política de lo ocurrido en detrimento de él y los republicanos. Más tarde habló mal de Clinton, así como de la diputada Maxine Waters, a la que también le enviaron uno de los paquetes.
La detención de Sayoc se produjo en la mañana del viernes en Florida. Se presentaron cargos en su contra y ahora tendrá que responder ante la justicia por el envío ilegal de material explosivo, así como por amenazas a un ex presidente, entre otros. De ser declarado culpable podría ser condenado a hasta 58 años de cárcel ya que además cuenta con antecedentes penales.
Sus mensajes en las cuentas de Twitter y Facebook con las que ha sido relacionado el detenido, y que ya han sido bloqueadas, dejan ver que era un seguidor de Trump y al parecer acudió a algún acto electoral. Según el canal CNN está registrado como votante republicano. La mujer que lo contrató como repartidor de pizzas dijo en declaraciones al «Boston Globe»: «A diario soltaba comentarios hostiles hacia los homosexuales, antisemitas o contra los negros».
Las imágenes de televisión de la detención mostraban cómo los investigadores de FBi tapaban una camioneta y se la llevaban. Al parecer el vehículo pertenecía al sospechoso. Los primeros planos del vehículo mostraban una serie de imágenes en las que se podía a Trump o al vicepresidente Mike Pence, así como la inscripción «CNN sucks» (CNN da asco) al igual que una imagen de Hillary Clinton con una diana en su cara.
Los paquetes interceptados estaban dirigidos a personas consideradas odiadas por la derecha en Estados Unidos. Además de Clinton y Obama también se enviaron al ex vicepresidente Joe Biden, el ex director dela CIA James Brennan, el multimillonario y conocido donante de los Demócratas George Soros, así como el actor Robert De Niro.
Como remitente figuraba la ex líder del partido Demócrata Debbie Wasserman Schultz. Según la acusación, muchas de las direcciones estaban mal escritas, entre ellas la de Hillary Clinton. Todos los paquetes tenían seis sellos con una bandera estadounidense ondenate.
Por Maren Hennemuth y Michael Donhauser (dpa)