Boa Vista/Brasilia, 20 ago (dpa) – El norteño estado brasileño de Roraima volvió a pedir hoy el cierre temporal de la frontera con Venezuela después de los ataques xenófobos registrados el fin de semana contra inmigrantes de ese país.
El Gobierno regional envió hoy el pedido a la máxima corte del país, el Supremo Tribunal Federal (STF), según informó la Agencia Brasil.
La medida busca evitar «el eventual derramamiento de sangre entre brasileños y venezolanos», señaló el pedido citado por la agencia estatal.
La jueza del STF Rosa Weber rechazó a comienzos de agosto ya un primer pedido de Roraima, hecho en abril, señalando que un cierre de la frontera no es compatible con los tratados internacionales para la protección de refugiados.
Roraima sostiene desde hace meses que afronta una crisis humanitaria por la llegada masiva de venezolanos, que huyen en condiciones altamente precarias del colapso económico en su país.
Venezuela padece la mayor inflación del mundo y tiene problemas por la falta de alimentos y medicinas. Organizaciones internacionales advierten desde hace meses sobre un éxodo sin precedentes en Sudamérica.
La situación en el norte de Brasil escaló el fin de semana por varios ataques contra refugios de venezolanos en la ciudad fronteriza de Paracaima, en Roraima, en uno de los incidentes xenófobos más graves ocurridos en el gigante sudamericano.
Según medios locales, varios vecinos de Paracaima destruyeron y prendieron fuego el sábado a los campamentos donde se alojaban cientos de migrantes después de que un comerciante local fuera asaltado y golpeado supuestamente por migrantes venezolanos.
Medios locales mostraron imágenes de turbas enardecidas en Paracaima. El Ejército brasileño informó que más de 1.200 venezolanos cruzaron la frontera de regreso a su país debido al brote de violencia.
El Gobierno de Michel Temer anunció hoy el envío de 120 hombres de la Fuerza Nacional, una tropa mixta militarizada, para reforzar la seguridad en Roraima. Los primeros 60 viajaron hoy.
Hasta el fin de semana deben llegar a la región también 36 voluntarios del sector de salud para atender a los migrantes.
Roraima sostiene desde hace meses que la llegada masiva de migrantes ha puesto al borde del colapso sus servicios públicos.
En la capital del estado, Boa Vista, se ve desde hace meses a inmigrantes venezolanos que pasan la noche a la intemperie y viven de la caridad pública.
Según la gobernadora del estado, Suely Campos, en Roraima, el estado menos poblado de Brasil, viven en tanto unos 50.000 venezolanos. La cifra representa más del diez por ciento de la población total de Roraima, según cifras del Gobierno regional.
El Gobierno de Temer anunció hoy que seguirá impulsando medidas como la reubicación de migrantes en otros estados brasileños y la construcción de refugios temporales para afrontar la crisis.
Campos reclama que las medidas son insuficientes.
El éxodo desde Venezuela amenaza desde hace meses con convertirse en una gran crisis humanitaria en la región.
Un portavoz de la ONU cifró la semana pasada en 2,3 millones el número de personas que salieron de Venezuela rumbo a países vecinos, sobre todo Colombia, Perú, Ecuador y Brasil, huyendo de la miseria y viajando a menudo a pie.
Las autoridades ecuatorianas anunciaron la semana pasada que exigirán a los venezolanos que tengan un pasaporte en regla como una medida para frenar su ingreso.