Una de las cuestiones que más preocupa a las embarazadas es saber cuándo llega el gran momento, cuándo se inicia el parto y que este no se adelante. Entre las señales bastante claras de que el bebé quiere nacer está el aumento de frecuencia e intensidad de las contracciones, y para distinguir y controlar las contracciones durante el embarazo se ha inventado un nuevo aparato.
En efecto, existen las contracciones llamadas de Braxton Hicks, unas contracciones «falsas» que se sienten en los últimos meses de embarazo y que preparan al útero para el parto. Cuando este se aproxima, nos acercamos a las verdaderas contracciones, más dolorosas, rítmicas y más frecuentes, es decir, se inicia el verdadero trabajo del parto.
La simple intensidad de estas contracciones nos indicará que el bebé está dispuesto para nacer, pero para aquellas embarazadas que quieran controlar sus contracciones de Braxton Hicks en una especie de monitoreo casero puede ser útil este dispositivo llamado Bloomlife. De este modo, podrán saber si aumenta la frecuencia de las contracciones y distinguir los distintos tipos. Este es el lema: «Cada bebé y cada parto son diferentes. Podemos padecer desde pequeñas contracciones, hasta las que indican que vamos a dar a luz, ¿cómo sabes su importancia?»
El invento es de la compañía Bloomlife, que lleva nueve meses probando con cientos de mujeres en cuatro distintos estudios clínicos este dispositivo. Su funcionamiento es muy sencillo: se adhiere al vientre de la mujer durante el tercer trimestre, debajo del ombligo, gracias a un parche que tiene una duración de siete días (el aparato se entrega con parches de recambio). De este modo el dispositivo registra las señales que produce el músculo uterino, tanto de día como por la noche. Después envía los datos recabados a una aplicación de Bloomlife disponible tanto para Android como para iOs.
Los datos registrados muestran toda la información sobre las contracciones: intensidad, duración, tiempo entre ellas… Accediendo al historial se podrá ver la evolución y entender cómo los cuerpos se están preparando para el parto y puede resultar de utilidad para el ginecólogo en las revisiones del embarazo.
El aparato Bloomlife que controla las contracciones del embarazo se ha puesto en alquiler en Estados Unidos y su precio ronda los 140 euros al cambio. Después de que nazca el bebé, se devuelve el dispositivo, que según la compañía no se podría vender individualmente ya que la alta tecnología empleada supondría un coste de varios miles de dólares por cada uno. De este modo, el sistema de «alquiler flexible» posibilita que puedan acceder a él más mujeres.
La empresa hace hincapié en que podría prevenir los partos prematuros, y aunque efectivamente podría ser útil para darse cuenta de que se va a producir un parto pretérmino o prematuro si pasamos de las contracciones «falsas» a las verdaderas antes de la semana 38 de embarazo, no estamos seguros de que sirvan para prevenirlos. En todo caso, frente a esas señales hay que acudir al hospital.
Diferenciar las contracciones «falsas» de las de parto
Como este dispositivo aún no se encuentra disponible en todo el mundo, y como creemos que no se trata de un aparato imprescindible si se siguen las revisiones ginecológicas, además de que el cuerpo es sabio y podemos aprender a «escucharlo» sin necesidad de tanto aparato, en este sentido, es importante diferenciar las contracciones de Braxton Hicks de las de parto.
Las primeras contracciones son irregulares, suelen ocurrir al final del día o después de algún esfuerzo, no son muy dolorosas y duran poco tiempo. Se siente cómo la barriga se tensa y a algunas mujeres les recuerda a los dolores de calambre o de menstruación, pero leves. Pueden notarse a partir de la segunda mitad de embarazo, aunque para muchas mujeres no serán perceptibles hasta el final de la gestación.
Conforme se acerca el día del parto el cuerpo se va preparando mejor y la frecuencia de las contracciones aumenta, sin llegar a ser regulares ni muy intensas, aunque pueden provocar algunas molestias.
Las contracciones que indican que el parto ya está aquí, son más dolorosas y sobre todo, regulares. Las contracciones de parto son más fuertes, no desaparecen al descansar, duran cada vez más tiempo (entre 30 y 70 segundos) y se perciben como calambres en la parte baja de la espalda o como intensos dolores menstruales. Estas contracciones de parto por lo general van acompañadas de otras señales que indican que el bebé está a punto para nacer, síntomas de parto como la expulsión del tapón mucoso, la rotura de la bolsa amniótica y la dilatación del cuello uterino.
Si se tienen contracciones rítmicas, progresivas e intensas que llegan a un ritmo de dos o tres contracciones cada diez minutos, es hora de ir al hospital, ya que normalmente el cuello del útero debe haber empezado su dilatación (que tiene que llegar a diez centímetros para que el bebé pueda atravesarlo) y se inicia el parto.
El contenido de este comunicado fue publicado en la web de Bebés y más