Moscú, 20 jun (dpa) – Nada más acabar el partido, Robert Lewandowski se fue a una esquina del césped, saltó la valla de publicidad, se acercó a la grada y recibió un abrazo y un beso de su mujer. Necesitaba cariño el astro polaco.
«Si jugamos así no conseguiremos ningún punto», dijo cerca de una hora después, ya duchado, después del 2-1 que sufrió Polonia el martes ante Senegal en la primera jornada del Mundial de Rusia 2018.
Llamado a liderar al equipo polaco en tierras rusas, todo empezó mal para el astro del Bayern Múnich. Realizó un partido más que discreto en el que nunca llegó a inquietar al portero de Senegal: tocó 34 veces la pelota y realizó un único tiro a puerta, una falta en la segunda parte.
«La pesadilla de la Eurocopa está de vuelta, la situación de pasados torneos se ha repetido», señaló en el Spartak Stadium el delantero de 29 años. Lewandowski ha jugado ya dos Eurocopas y apenas logró meter dos goles en ocho partidos. Muy por debajo de las expectativas que genera un jugador como él.
Y su primer Mundial arrancó con el pie izquierdo. «Lewandowski no estuvo en el césped en la primera parte», criticó el ex internacional y ahora comentarista de televisión Maciej Szczesny, padre del arquero Wojciech Szczesny. «El equipo se mueve a la velocidad de un tren regional».
Máximo goleador de la Bundesliga en tres temporadas diferentes, Lewandowski, de 29 años, devolvió a Polonia a un Mundial por primera vez desde 2006 con 16 goles en la fase de clasificación, uno más que Cristiano Ronaldo. El artillero es además el máximo goleador de la historia de Polonia con 55 tantos en 96 partidos.
El martes en el Spartak Stadium nunca ofreció la sensación de peligro. También es cierto que sus compañeros no le ayudaron a ello. «El centro del campo estaba muy poblado, fue muy difícil para él», comentó el lateral Lukasz Piszczek sobre los problemas de movilidad que sufrió el delantero. «Senegal jugó con mucha energía y agresividad».
Polonia perdió por dos errores defensivos: el primer gol en contra fue en propia meta y el segundo llegó tras un pase atrás de Grzegorz Krychowiak que fue directamente una asistencia a M’Baye Niang.
«Esas cosas no te pueden pasar en un Mundial», lamentó Lewandowski. «Faltó comunicación, les hemos hecho dos regalos a Senegal y no hemos jugado como sabemos».
«Tenemos que jugar diferente, tenemos que hacerlo mucho mejor. No nos queda otra opción», añadió con vistas al duelo frente a Colombia del domingo en Kazán, un duelo que calificó como «una final».
Lewandowski admitió recientemente en una entrevista con «The Guardian» que cuando está con amigos en un restaurante se hace llamar «Emil». «Nadie se da vuelta ni mira en mi dirección. Pero si alguien cree que me reconoce y me pregunta si soy Robert Lewandowski, le digo: ‘Perdone, pero está equivocado. Sólo me parezco a él. Soy Emil, no Robert'».
El martes pareció jugar ese «Emil», pero Polonia necesita a Robert Lewandowski para aspirar a algo grande en Rusia. El domingo frente a Colombia tiene que aparecer Lewandowski. Si no, ahí acabará posiblemente el camino del astro del Bayern en el Mundial. También le ayudaría a, como pretende, cambiar de equipo de cara a la próxima temporada.
Por Ignacio Encabo y Florian Lütticke (dpa)