Un nuevo e inusual fósil de un reptil de cuello largo llamado Dinocephalosaurus, un arcosauromorfos del mismo grupo que los dinosaurios, las aves y los cocodrilos, aporta la primera prueba de nacimiento en vivo sin huevo. Previamente se pensaba que este grupo ponía exclusivamente huevos. El fósil, de hace unos 245 millones de años, muestra un embrión dentro de la madre.
La Universidad de Hefei en China (HU, por sus siglas en inglés) fue la encargada de liderar un estudio que analiza los restos de este animal de cuello largo que habitaba los mares poco profundos del sur de China en el Triásico medio. El trabajo se publica en la revista Nature Communications.
El autor principal de la investigación, el profesor de la HU Jun Liu, declara: «Nos emocionamos al hallar esta muestra embrionaria hace varios años, pero no estábamos seguros de si el espécimen embrionario era el último almuerzo de la madre o una cría que aún no había nacido”.
El embrión del fósil está dentro de la caja torácica de la madre y mira hacia adelante
Dinocephalosaurus comía peces, serpenteando su largo cuello de lado a lado para cazar a sus presas. El embrión del fósil está dentro de la caja torácica de la madre y mira hacia adelante. Según explica el estudio, los animales engullidos miran hacia atrás porque el depredador se traga la presa primero para ayudarla a bajar por la garganta. Además, el pequeño reptil descubierto dentro de la madre es un individuo de la misma especie.
«Tras un examen más exhaustivo nos dimos cuenta de que habíamos descubierto algo inusual”, añade. Un análisis evolutivo posterior reveló el primer caso de nacimiento en vivo en un grupo tan amplio que contiene aves, cocodrilos, dinosaurios y pterosaurios, entre otros, y aporta pruebas que anticipan unos 50 millones de años el conocimiento sobre la biología reproductiva de este grupo.
«La información sobre la biología reproductiva de los arcosauromorfos antes del período Jurásico no estaba disponible hasta nuestro descubrimiento, a pesar de su historia de 260 millones de años», apunta Jun Liu.
Este nuevo espécimen de China reescribe la comprensión de la evolución de los sistemas reproductivos.
El tipo de nacimiento también determina el sexo
El análisis evolutivo que hicieron los científicos del fósil también muestra que este tipo de nacimiento en vivo está asociado a la determinación genética del sexo.
«Algunos reptiles actuales, como los cocodrilos, determinan el sexo de sus crías por la temperatura dentro del nido”, apunta Chris Organ, coautor del estudio en la Universidad Estatal de Montana (EE UU). «Identificamos que Dinocephalosaurus, un ancestro lejano de los cocodrilos, determinó el sexo de sus crías genéticamente, como pasa con los mamíferos y las aves».
«Esta combinación de nacidos vivos y la determinación genotípica del sexo parece haber sido necesaria para que los animales como Dinocephalosaurus se conviertan en acuáticos. Es genial dar un paso tan importante hacia la comprensión de la evolución de un grupo importante, procedente de un hallazgo fósil casual en un yacimiento chino», enfatiza Mike Benton, coautor del trabajo en la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
Este trabajo forma parte de amplias colaboraciones entre paleontólogos en China, Estados Unidos, Reino Unido y Australia.