En invierno, los siniestros por incendios en los hogares aumentan. Según datos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), el pasado año 2015 se registraron en Asturias 572 incendios urbanos de uso residencial, de los cuales 103, un 18,01%, tuvieron como origen una chimenea. La mayor parte de estas emergencias tuvieron lugar durante los meses de invierno. En enero, por ejemplo, se contabilizaron 31 siniestros de este tipo y en marzo y diciembre 20, en cada mes.
La razón más frecuente por la cual se producen incendios asociados al uso de chimeneas en viviendas es la falta de limpieza. Por este conducto asciende el humo y demás residuos generados por la combustión creando en las paredes de la misma, una capa residual altamente combustible. Por eso hay que evitar quemar plásticos y productos que contengan este material o pvc. Los humos que producen contienen partículas que se adhieren especialmente a sus paredes aumentando notablemente la combustión con el calor. La normativa Europea en general recomienda la limpieza de chimeneas en viviendas una vez al año y por parte de un profesional en esta materia.
La limpieza del tiro resulta fundamental tanto para las chimeneas tradicionales como las chimeneas insertables, aquellas donde se sustituye el interior de ladrillo refractario por un aparato de hierro fundido que o lleva turbinas o ventiladores o constan simplemente de una cámara con una gran capacidad calorífica. Este tipo de chimeneas, instaladas fundamentalmente, en casas de nueva construcción o recién restauradas, están detrás de buen número de siniestros. Debido a las altas temperaturas que pueden llegar a alcanzar, una deficiente instalación: de los equipos eléctricos que las acompañan, de los acumuladores o conductos de calor, etc.…, pueden ocasionar graves daños personales y materiales.
En este sentido también hay que recordar que las paredes deben de tener una adecuada resistencia al fuego para soportar las altas temperaturas. Cuando se instala una nueva chimenea se debe revisar el efecto del calor sobre las paredes exteriores de la misma y comprobar, en la parte de la cubierta o del tejado el correcto aislamiento de la misma respecto a vigas u otros elementos de madera o combustibles.
Por eso la prevención y una adecuada revisión de las mismas resultan fundamentales para evitar este tipo de incendios en el hogar.
En cualquiera de los casos, chimeneas tradicionales o insertables, recuerde que nunca hay que salir de la vivienda o irse a dormir sin haber apagado correctamente la chimenea. Basta una chispa para provocar un siniestro. No coloque muebles, ropa o cortinas cerca de ellas y no tire rescoldos o cenizas calientes a la basura.
Electricidad y gas
De cara a afrontar el invierno y prevenir los incendios en el hogar recuerde también que las estufas y los calefactores eléctricos deben tener el mejor mantenimiento posible, con los quemadores limpios y el cableado en estado óptimo. Una deficiente instalación eléctrica, o un mal uso, como la sobrecarga de enchufes con multiplicadores, el uso de conexiones que no estén normalizadas o no desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos son un riesgo grave de incendio.
El gas que también calienta nuestra casa y que usamos para cocinar es otro importante foco. Cualquier fuga puede generar un incendio con la más mínima chispa.
Muchos de los siniestros de incendio en casas se producen de noche, mientras toda la familia está durmiendo. Éstos son los incendios más peligrosos. Para evitarlos, además de tomar las precauciones ya mencionadas, es conveniente instalar sistemas anti-incendios en casa. Su fuerte alarma alerta en caso de incendio.
En cualquier caso y si a pesar de tomar estas precauciones se registra un incendio en su vivienda, mantenga la calma y llame al 1-1-2