Washington, 23 jun (dpa) – El presidente estadounidense, Donald Trump, prolongó por un año las sanciones contra Corea del Norte, pese al acercamiento con el país comunista tras la cumbre con su líder Kim Jong-un, mientras que el Pentágono suspendió indefinidamente los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur.
Trump extendió las sanciones mediante una orden ejecutiva el viernes (hora local) alegando que Corea del Norte sigue suponiendo «una extraordinariaria amenaza», pese a insistir días atrás que el país comunista había dejado de ser un peligro para Estados Unidos.
Tras su histórico encuentro con Kim en Singapur el 12 de junio en el que Corea del Norte se comprometió a avanzar en la desnuclearización de la península coreana, Trump dijo que las sanciones que castigan a Pyongyang por sus ensayos nucleares y misilísticos no serían levantadas hasta que no hubiera progresos en ese objetivo. Sin embargo, había tuiteado que Pyongyang ya no suponía una amenaza nuclear.
Sin embargo, la orden del viernes alega que la «existencia y el riesgo de proliferación de material fisible apto para armas y las acciones y políticas el Gobierno de Corea del Norte continúan suponiendo una inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nuclear, la política exterior y la economía de Estados Unidos».
Coincidiendo con la prolongación de las sanciones, el Pentágono confirmó el viernes la suspensión indefinida de algunos ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, como anunció Trump en la cumbre de Singapur alegando que eran una provocación y que eran «muy caros». El anuncio se consideró una concesión a Pyongyang y su aliado China.
Entre los ejercicios que serán cancelados se encuentra «Guardián de la Libertad», programado para agosto, y dos programas de intercambio de entrenamiento marítimo coreanos para los próximos tres meses, anunció la portavoz del Pentágono, Dana W. White.
White agregó que el secretario de Defensa, James Mattis, suspendió los ejercicios en coordinación con Corea del Sur «para apoyar la implementación de los resultados de la cumbre de Singapur» y señaló que la toma de nuevas decisiones dependerá de las «negociaciones productivas de buena fe» por parte de Pyongyang.
En aquel encuentro Trump especuló también con una eventual retirada de los 28.500 soldados norteamericanos estacionados en Corea del Sur, algo que aún no ha materializado.
El año pasado, unos 7.500 soldados estadounidenses y 3.000 surcoreanos participaron en los ejercicios, que el Pentágono califica de puramente defensivos.