El presidente Trump condicionó el apoyo financiero a Argentina a los resultados electorales, provocando una reacción inmediata en bonos y acciones.

La visita del presidente argentino Javier Milei a la Casa Blanca, destinada a reforzar la relación bilateral y consolidar el acuerdo de swap por 20 000 millones de dólares firmado semanas atrás, terminó generando un efecto inesperado en los mercados.
Durante una comparecencia ante la prensa, el presidente estadounidense Donald Trump declaró: “Si Milei pierde, no vamos a ser generosos con Argentina”. La frase, pronunciada sin guion ni filtro diplomático, bastó para desatar una jornada de volatilidad financiera que afectó a bonos, acciones y tipo de cambio.
El encuentro oficial en Washington incluyó una reunión privada en el Despacho Oval y un almuerzo en la Sala del Gabinete. En ese contexto, Trump abordó temas sensibles como la cooperación financiera, los vínculos con China y el escenario electoral argentino. Sus palabras fueron transmitidas en directo ante los periodistas presentes, sin intervención del equipo argentino.
Las repercusiones fueron inmediatas. Según los datos de cierre del 14 de octubre, los bonos soberanos en dólares cayeron hasta un 7,2 %, el índice S&P Merval retrocedió un 2,1 % en pesos y un 6 % en dólares, y los ADRs argentinos en Wall Street sufrieron pérdidas notables: Supervielle (-8,1 %) y Vista Energy (-7,8 %). El riesgo país volvió a superar los 1 000 puntos básicos.
Para contener el impacto, el Gobierno argentino desplegó una respuesta rápida. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvieron reuniones privadas en Blair House, residencia oficial de Milei durante su visita. El presidente escribió en la red X: “Los argentinos saben que la principal potencia del mundo continuará apoyándonos, salvo que volvamos a abrazar el populismo”.
Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, negó cualquier vínculo entre la asistencia financiera y el acuerdo de swap con China, aunque reiteró la preferencia de Washington por limitar la influencia de Pekín. “Argentina debería excluir a China de sus puertos, bases militares e instalaciones de observación”, afirmó.
El propio Trump amplificó el mensaje desde Truth Social, su red personal: “Espero que el pueblo de Argentina comprenda el buen trabajo que está realizando y apoye su gestión en las próximas elecciones de medio término”. Desde Buenos Aires, el portavoz presidencial Manuel Adorni y el asesor Santiago Caputo reforzaron esa interpretación en redes sociales, destacando que el respaldo estadounidense se basa en la afinidad ideológica entre ambos gobiernos.
Analistas financieros consultados subrayaron que los inversores esperaban anuncios concretos sobre nuevas líneas de crédito o inversión tras el acuerdo de 20 000 millones de dólares. En ausencia de detalles, el comentario de Trump fue interpretado como un condicionamiento político que reavivó la incertidumbre.
La delegación oficial regresó a Buenos Aires al cierre de la jornada, salvo Caputo y Bausili, que permanecen en Washington para participar en las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. El Ejecutivo argentino continúa las gestiones diplomáticas mientras evalúa los efectos del episodio sobre la estabilidad financiera y la política monetaria local.
Con información de NotiPress.