Barcelona, 12 may (dpa) – Quim Torra, el independentista que este lunes podría convertirse en nuevo presidente de Cataluña, presentó hoy su programa de Gobierno con un discurso duro y confrontativo centrado en avanzar con el plan secesionista que los últimos meses abrió una crisis institucional sin precedentes en España.
En el primero de los dos plenos de investidura celebrado hoy en el Parlamento en Barcelona, Torra anunció que impulsará la creación de una Constitución catalana, denunció una «crisis humanitaria» en la región y acusó de «represor» al Gobierno español por las medidas que tomó para frenar el plan independentista.
La visión radical de Torra fue recibida con preocupación por Madrid y por los partidos antiindependentistas, que lo acusaron de querer ir más lejos que su mentor Carles Puigdemont, de seguir instalado en la ilegalidad y de ignorar por completo a la mitad de catalanes que se oponen a la independencia y quieren seguir formando parte de España.
«Seremos leales al mandato del 1 de octubre: construir un Estado independiente en forma de república», señaló Torra en el inicio de un discurso de unos 50 minutos, aludiendo a la consulta soberanista celebrada ese día y boicoteada por los antiindependentistas debido a que era ilegal y carecía de garantías y reconocimiento.
Con ese objetivo, Torra anunció un «proceso constituyente» para crear una Constitución catalana. Además, consideró su Gobierno «provisional» hasta que vuelva a ser investido «el presidente legítimo» Puigdemont, destituido a fines de octubre por el Gobierno español debido a la escalada del plan soberanista.
Torra dedicó gran parte del discurso a describir una Cataluña en la que los derechos civiles son «pisoteados» y en donde hay «presos políticos», alusión a los políticos que se encuentran en prisión preventiva procesados por delitos vinculados al plan soberanista.
«No saldremos de esto si no ponemos de manifiesto que la crisis política en Cataluña es también una crisis humanitaria», llegó a decir sobre una de las regiones más prósperas y con mayor nivel de autonomía de Europa.
El diputado de 55 años era un nombre casi desconocido para la opinión pública hasta que este jueves fue propuesto como candidato a gobernar Cataluña por Puigdemont, que se encuentra en Berlín a la espera de que la Justicia alemana decida si lo entrega a España, donde está procesado por el plan independentista.
Como se esperaba, Torra no obtuvo la mayoría absoluta de votos (situada en 68) necesaria para ser nombrado presidente catalán en el primer pleno de investidura hoy y se quedó en 66. Sí se espera que sume la mayoría simple requerida en el segundo pleno el lunes. Cataluña formaría así Gobierno cinco meses después de las elecciones del 21 de diciembre.
Fuera del independentismo, la presentación de Torra generó preocupación. El Gobierno español lo calificó de «frentista» en un comunicado y avisó de que no admitirá ningún ataque a la Constitución. «Cualquier ilegalidad será reparada y cualquier vulneración de nuestro marco constitucional será respondida».
La antiindependentista Inés Arrimadas, líder del partido Ciudadanos que ganó las elecciones regionales de diciembre pero no sumó mayoría absoluta, consideró que Torra representa «el nacionalismo identitario excluyente». Recuperó para ello antiguas citas del candidato en las que calificaba a España de «país exportador de miseria» o consideraba que hablar español en Cataluña «no es nada natural».
«Cualquiera que haya dicho estas barbaridades hacia otro colectivo, raza o nacionalidad no debería sentarse hoy en el ‘Parlament’ para ser investido presidente», dijo en la Cámara. «Pero humillar, vejar y menospreciar a los catalanes que nos sentimos españoles, aquí sale gratis».
Arrimadas reprochó a Torra que no aludiera en su discurso a desafíos sociales, económicos, de medio ambiente, desigualdad o educación en Cataluña. «No tienen ninguna respuesta. La única respuesta es la varita mágica que tienen con la independencia de Cataluña: la culpa de todo es España», ironizó.
También el resto de fuerzas del Parlamento catalán lamentaron el tono excluyente de Torra. El socialista Miquel Iceta lo acusó de «fundamentalista» y aseguró que «no hay una mayoría ciudadana a favor del proyecto independentista», mientras que el izquierdista Xavier Domènech lo acusó de «desaprovechar una oportunidad».
El discurso de Torra fue celebrado en cambio desde Berlín por Puigdemont, que publicó en un tuit: «Brillante Quim Torra. Inmejorable, gran discurso. Muy bien expresado, con pasajes excelsos que dan toda la dimensión histórica que requiere el momento excepcional que vive Cataluña».
La crispación política y social dentro de la propia región y la confrontación entre el proceso independentista y el Gobierno central en Madrid prometen seguir marcando la agenda política en España.
Por Pablo Sanguinetti (dpa)