(dpa) – Desde el brote de coronavirus a mediados de marzo, cada vez más personas realizan teletrabajo y en la medida de lo posible reemplazan los encuentros personales por teleconferencias virtuales.
Esta forma de comunicación requiere también una tecnología apropiada, empezando por la pantalla.
«Un buen tamaño para un monitor son 27 pulgadas, que no es mucho más caro que un modelo de 24 pulgadas», señala Wolfgang Pauler, de la revista alemana de informática «Chip». El experto subraya que la resolución del monitor debe ser al menos Full-HD.
La Asociación Alemana de Médicos de Empresas (VDBW) aconseja colocar la pantalla siempre de tal manera que no se produzcan reflejos y que en lo posible la luz del día entre por un costado.
«Si se trabaja con un ordenador portátil es conveniente tener también una pantalla separada», aconseja Anette Wahl-Wachendorf, de la VDBW. «Esto mejora la ergonomía de toda la situación de trabajo», destaca.
Antes de comprar un monitor es necesario echar un vistazo a las interfaces del portátil o de la PC. «Si las conexiones no encajan hay que comprar un adaptador, pero a menudo estos son caros», acota Pauler.
Según los especialistas, es importante que se pueda ajustar la altura del monitor y que además se pueda inclinar. Lo ideal es que el borde superior de la pantalla esté a la altura de los ojos.
Según Pauler, decidirse entre un laptop y una computadora de sobremesa depende de la situación de trabajo en casa.
«La gran ventaja del laptop es su portabilidad, por lo que que no se está atado a un solo lugar de trabajo. A su vez, la ventaja de la PC es el precio más bajo, aunque hay que añadirle un monitor», comenta.
«Por otro lado, las pantallas de los portátiles suelen ser demasiado pequeñas para un trabajo ergonómico a largo plazo en casa», observa Pauler. Por lo tanto, un lugar de trabajo «más saludable» puede ser creado con un monitor externo.
Aquellas personas que trabajan con un ordenador portátil durante un largo período deberían tener un teclado y un ratón externos.
«El teclado también debe colocarse de manera que las palmas de las manos puedan descansar sobre la mesa. Esto proporciona alivio», aconseja Pauler.
En el caso de hacer muchas llamadas durante la jornada de teletrabajo, un auricular puede ser muy útil. Para las videoconferencias también es aconsejable minimizar las fuentes de luz en la espalda.
En muchos casos, es responsabilidad del empleador proveer a sus trabajadores de los elementos adecuados para trabajar desde la casa, como así también garantizar su seguridad laboral.
«Si un empleado adquiere de forma privada la tecnología para su trabajo de oficina en casa, solo tiene derecho a un reembolso si la compra se hizo predominantemente en interés del empleador», argumenta Kerstin Gröne, abogada de derecho laboral en la ciudad alemana de Colonia. «Si se utiliza el equipo existente, a menudo se pagan sumas globales», añade.
«El teletrabajo es básicamente igual que el lugar de trabajo en una oficina u empresa», explica Gröne. Sin embargo, si la vivienda no tiene una conexión rápida a Internet, el empleado no tiene derecho a que la empresa se la proporcione.
«Esta conexión se suele utilizar también de forma privada, por lo que habría que acordar hasta qué punto el empleador debe participar de los costos», opina la abogada.
En caso de que no haya una buena conexión DSL o por cable en zonas rurales o por otras cuestiones técnicas se puede obtener Internet a través de una red móvil LTE.
Por Claudius Lüder (dpa)