(dpa)- La tarjeta eSIM es la transición de la tarjeta SIM tradicional, extraíble, a una tarjeta SIM introducida de modo que no pueda quitarse del dispositivo móvil.
La «e» de eSIM significa «embedded», que en español podría traducirse como «incrustada». A diferencia de las tarjetas mini, micro o nano SIM convencionales, la eSIM se instala de forma permanente en el móvil. Según la organización alemana de evaluación de productos y asesoramiento al consumidor Stiftung Warentest, este nuevo formato se está extendiendo rápidamente.
Actualmente, los proveedores de telefonía móvil las tienen en su cartera no solo para los clientes de contrato, sino también para los de prepago. Para poder utilizarlas se necesita, sin embargo, un dispositivo compatible con eSIM. La mayoría de los nuevos modelos de teléfonos inteligentes de los fabricantes más populares ya ofrecen esta opción.
Por cierto, el modo de trabajo de una eSIM es idéntico al de una tarjeta convencional. Una vez activado, el chip contiene los mismos datos que una tarjeta SIM. Según Stiftung Warentest, la diferencia radica en que es más fácil de usar, ya que la eSIM se activa digitalmente y los datos se descargan también por Internet.
La eSIM puede sobreescribirse con nuevos datos, lo que es muy útil, por ejemplo, cuando se cambia de proveedor o contrato de telefonía móvil.
En caso de pérdida del móvil, ya no es necesario esperar a recibir una nueva tarjeta SIM para el nuevo dispositivo. Una vez adquirido un nuevo teléfono móvil, basta con transferir en línea los datos de la SIM anterior a la eSIM.
Por cierto: quienes no deseen pasarse inmediatamente a la eSIM a pesar de contar con el dispositivo adecuado para ello, pueden seguir utilizando tarjetas SIM convencionales.