MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha asegurado este martes que las reticencias a las prospecciones de hidrocaburos, ya sean convencionales o no, contribuye a provocar deslocalizaciones y a una pérdida de competitividad de Europa con respecto a Estados Unidos.
El momento actual se caracteriza por un debate acerca de «si fractura hidráulica sí o no, si ‘shale gas’ sí o no, si prospecciones sí o no, mientras que Estados Unidos está viviendo una auténtica revolución energética» por su apuesta por la exploración y producción de hidrocaburos, aseguró Soria.
Esta «revolución» ha hecho que Europa llegue a pagar «tres veces más» por la energía que Estados Unidos, y «el efecto no puede ser otro que una deslocalización de Europa a Estados Unidos» provocada por la mayor pérdida de competividad, añadió.
Soria realizó estas consideraciones en la presentación en la sede del Ministerio de Industria de la ‘Agenda para el Fortalecimiento del Sector Industrial en España’, un documento con diez líneas de actuación y 97 medidas cuyo objetivo es elevar el peso de la industria en la economía del país.
«El reto de España en materia industrial es un cambio de modelo productivo», aseguró el ministro, antes de recordar que España es una economía cuyo sector de más importancia es el de servicios y de lamentar que «en los últimos años» la industria haya perdido peso.
Durante el acto de presentación de la agenda, el consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, consideró que el tamaño de las empresas es un elemento «fundamental» para que exista capacidad para innovar. Se mostró además partidario de potenciar las exportaciones y de un marco regulatorio en España y Europa que contemple los nuevos retos tecnológicos.
El miembro del Comité Ejecutivo del Grupo Renault, José Vicente de los Mozos, destacó el sector del automóvil por su capacidad para crecer a doble dígito y para «tirar de este país en momentos de crisis». Además de poner en valor la política de su compañía, se mostró partidario de «profundizar en una flexibilidad laboral basada en el diálogo social» y de una «política energética que no penalice la competititividad».
Por su parte, el presidente de Sener, Jorge Sendagorta, advirtió de que «no será fácil cambiar el modelo productivo español», pero se mostró partidario de que se asuma el reto «cuanto antes».
La agenda presentada este martes parte de la premisa de que el sector industrial representa el 15,9% del PIB y el 17,5% del valor añadido bruto de la economía española, al tiempo que genera más de dos millones de empleos, un 13% de toda la economía.
Estas cifras de España contrastan con la política de la Comisión Europea, que se ha planteado como objetivo que la industria alcance un peso del 20% del PIB europeo en 2020. La agenda presentada hoy se inscribe en este esfuerzo de armonización con Europa y ha contado con la aportacion de 25 organizaciones y asociaciones empresariales.
COLABORACIÓN DE SINDICATOS Y EMPRESAS.
El documento parte de un informe sobre la materia presentado a finales de 2013 por Boston Consulting Group (BCG), a partir del cual la Secretaría General de Industria y de la Pyme organizó cuatro foros de discusión en el que participaron patronales, sindicatos y empresas del sector.
Además de las patronales Ceoe y Cepyme, y de los sindicatos UGT y CCOO, en la elaboración del documento han participado la asociación empresarial eólica AEE, la de papeleras Aspapel, la de bienes de equipo Sercobe, la de alimentación FIAB, la de automoción Anfac o la de telecomunicaciones Ametic.
También se han sumado a la labor empresas como Acciona, Cemex, FCC, Acerinox, Airbus, Alcoa, Gamesa, Celsa, Ferrovial, Fertiberia, Elecnor, Duro Felguera, Almirall, Ence, Canal de Isabel II, Roca, CAF, Ferroatlántioca o Agbar, entre otras.
LÍNEAS DE ACTUACIÓN.
La primera de las diez líneas de actuación del plan propone estimular la demanda de bienes industriales y, para ello, incluye medidas como potenciar planes de estímulo, apoyar la inversión financiera en sectores estratégicos industriales o incluso fomentar el consumo de productos industriales fabricados en España, a través de campañas organizadas por Industria.
La segunda línea consiste en una mejora de la competitividad de los factores productivos clave, lo que pasa por aplicar medidas como la reducción de los costes de transporte, la mejora de las redes y conexiones nacionales y europeas, y la optimización de los costes laborales de las empresas industriales.
SUMINISTRO ENERGÉTICO.
Otro de los aspectos en los que pone énfasis el plan de Industria es el de la necesidad de asegurar un suministro energético «estable, competitivo y sostenible», para lo que se recogen siete medidas específicas de impulso del mercado interior energético, de mejora de la eficiencia y de mayor implantación de equipos de gestión energética.
Otras líneas de actuación consisten en el refuerzo de la estabilidad y uniformidad del marco regulatorio español y en el incremento de la eficiencia y una mayor orientación a los retos de la sociedad desde la óptica de la I+D.
PYMES MÁS GRANDES.
El plan contempla una línea de actuación enfocada en la creación de un entorno que promueva el aumento del tamaño de las pymes, y otra destinada a apoyar el crecimiento y profesionalización de este tipo de pequeñas y medianas empresas.
El documento también aspira a adaptar el modelo educativo a las necesidades de las empresas, aumentar el peso de la financiación no convencional en las empresas industriales, apoyar la internacionalización de las empresas y orientar la capacidad de influencia de España a la defensa de los intereses del sector.