Buenos Aires, 16 ago (dpa) – El escándalo de corrupción en Argentina por los «cuadernos de los sobornos» crece a niveles inesperados con las confesiones de arrepentidos que involucran al ya fallecido ex presidente Néstor Kirchner y a su esposa y sucesora Cristina Fernández en millonarios cobros ilegales.
«El día que Néstor Kirchner murió (el 27 de octubre de 2010) había 60 millones de dolares en el departamento de la calle Juncal (de Buenos Aires, la vivienda particular de los Kirchner). Lo sé por comentarios. A esta cuestión no era ajena la señora de Kirchner, que presenciaba los transportes» de dinero provenientes de sobornos, declaró Claudio Uberti a la Justicia, según informó hoy el diario «La Nación».
Uberti fue el jefe del organismo que controlaba las obras y las concesiones viales durante los gobiernos kirchneristas, un estrecho colaborador del otrora poderoso ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido. Y se convirtió en el primer ex funcionario en confesar que el kirchnerismo estableció un sistema de cobro de sobornos de empresarios, según reveló la prensa local en base a fuentes judiciales.
«Los transportes de dinero se hacían al sur por vía aérea, en bolsos o valijas, y se hacían a la luz del día y a la vista de los que estuvieran en el lugar», señaló Uberti en su declaración, de acuerdo a fuentes judiciales citadas por el diario «Clarín».
Un ex piloto del avión presidencial Tango 01 admitió ante la Justicia que se realizaron «viajes con bolsos» que a su «parecer tenían dinero» rumbo a Santa Cruz, la provincia natal de Kirchner y donde la pareja construyó su carrera política. El piloto señaló que los bolsos «no pasaban por los controles de seguridad aeronáutica». «Se llevaban en el avión y después se trasladaban en autos desde la pista, en el asiento de atrás».
Sus declaraciones coincidieron con las de Uberti, quien había precisado que «las valijas (maletas) con el dinero las trasladaban en el Tango 01, las cargaban en Aeroparque y las descargaban en el aeropuerto de Río Gallegos». El ex funcionario precisó además que «las valijas tenían por destino la casa de Néstor y Cristina Kirchner en Río Gallegos ubicada en la esquina de la calle 25 de Mayo (…) porque era donde se encontraban bóvedas (cajas de seguridad) que había comprado al Banco Hipotecario».
La Justicia investiga si los ex presidentes Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa y sucesora (2007-2015) lideraron una supuesta asociación ilícita que cobraba sobornos a cambio del otorgamiento de contratos de obras públicas, precisó en su momento el fiscal Carlos Stornelli.
La investigación judicial se basa en los ocho cuadernos escritos entre 2005 y 2015 por Oscar Centeno, el chofer del ex «número dos» del Ministerio de Planificación Federal Roberto Baratta, uno de los 14 detenidos por esta causa.
En ellos el chofer describió con sumo detalle las fechas, las direcciones, los nombres y los montos de dinero de los supuestos pagos de fondos de empresarios a funcionarios. Precisó además que el dinero era entregado en bolsos y llevado en algunos casos a la residencia presidencial oficial, la vivienda particular de los Kirchner u oficinas oficiales, de acuerdo a la investigación de «La Nación».
El hombre confirmó ser el autor de esos manuscritos, al tiempo que varios empresarios nombrados en ellos confesaron haber hecho pagos ilegales al kirchnerismo. Algunos dijeron que eran para financiar campañas electorales y otros hablaron de sobornos.
Uberti señaló que una vez llevó a Kirchner un bolso con la recaudación de sobornos en pesos y no en dólares o euros. «Lo agarró a las patadas y lo tiró por el departamento. Era un suplicio trabajar con él (Néstor Kirchner), pero con Cristina Kirchner era peor», aseveró ante la Justicia, según informó «La Nación».
En tanto, uno de los principales empresarios de la construcción e infraestructura de la Argentina, Aldo Roggio, declaró ante la Justicia como «arrepentido» y aseveró que pagó como sobornos al kirchnerismo el 5 por ciento del dinero que recibió como subsidios por la empresa de subterráneo Metrovías de la que es concesionario. «No tuvimos oportunidad de negarnos a esta exigencia», aseveró.
El juez a cargo de la causa, Claudio Bonadio, solicitó al Senado que lo autorice a allanar las viviendas de Fernández de Kirchner en Buenos Aires y Santa Cruz, pero la Cámara alta no logró reunir el miércoles el quórum necesario para votar la aprobación. La ex presidenta, de 65 años, es senadora de la opositora Unidad Ciudadana peronista y por ello está protegida por los fueros parlamentarios, que impiden en tanto que se haga efectivo el pedido de prisión preventiva que le dictó Bonadio en otra causa judicial en su contra.
La investigación de los «cuadernos de los sobornos» podrían aportar además pruebas a varias causas judiciales sobre supuestos delitos de corrupción que habrían sido perpetrados durante los doce años en que gobernó el kirchnerismo en la Argentina.
Por Cecilia Caminos (dpa)