Riad, 12 abr (dpa) – Arabia Saudí es una monarquía muy conservadora, que pretende transformarse radicalmente por voluntad del príncipe heredero, Mohammed bin Salman, que es recibido hoy en Madrid por el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con motivo de su primera visita a España.
A continuación, información sobre siete aspectos para entender mejor el país más poderoso del mundo árabe.
ISLAM: Arabia Saudí se considera la madre patria del islam. En el país hay dos lugares sagrados de la religión: la Gran Mezquita de La Meca, a la que cada año acuden en peregrinación millones de fieles, y la Mezquita del Profeta Mahoma en Medina.
EL PACTO: El ascenso de Arabia Saudí no es imaginable sin la alianza entre la familia Saud y el líder religioso del siglo XVIII Mohamed bin Abd al Wahhab (1703-1792). En los territorios gobernados por los Saud se impone la versión islámica ultraconservadora del wahabismo, que restringe considerablemente los derechos de las mujeres y prohíbe la diversión. La Policía religiosa que supervisaba el cumplimiento de las rígidas normas consiguió reunir mucho poder. El yihadismo bebe de la ideología del wahabismo.
IRÁN: Irán, de mayoría chiita, es el achienemigo de Arabia Saudí, de mayoría sunita. El objetivo principal de la política exterior de Riad es contener la influencia iraní. La división de los musulmanes tiene su origen en una pelea sobre la sucesión del profeta Mahoma.
1979 Y LOS CONSERVADORES: El petróleo trajo dinero y extranjeros a Arabia Saudí, lo que permitió al país liberalizarse cuidadosamente, hasta que en 1979 dos acontecimientos fortalecieron de nuevo la influencia de los conservadores: la revolución en Irán y el grave asalto a La Meca por parte extremistas islamistas.
LA FAMILIA: La extensa familia real, que cuenta con cientos de príncipes, es el centro del poder en Arabia Saudí, donde durante mucho tiempo llevó la voz cantante la alianza de los Sudairi, los descendientes del fundador del Estado junto con su esposa favorita Hasa Al Sudairi. En el verano (boreal) de 2017, el rey Salman expulsó al príncipe heredero Mohammed Bin Naif, y con él a los Sudairi, de la sucesión al trono.
EL FIN DE LA ERA DEL PETRÓLEO: Cuando a finales de los años 30 del siglo pasado se descubrió petróleo bajo la arena del desierto saudí, nadie podía imaginarse que se trataba de uno de los mayores yacimientos petrolíferos del mundo. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tasó la preciada materia prima en un 22 por ciento de las existencias mundiales. Pero la era de los combustibles fósiles parece haber acabado y Riad ya no puede confiar en los fluctuantes precios del petróleo como garante del bienestar.
VISIÓN 2030: Arabia Saudí quiere remodelar su economía para disminuir su dependencia del petróleo fortaleciendo el sector privado y el sector servicios, así como su papel como plaza tecnológica. Para ello, la sociedad debe modernizarse y se necesita mano de obra flexible como, por ejemplo, mujeres que puedan conducir.