Berlín, 26 ene (dpa) – El presidente ejecutivo de Siemens, Joe Kaeser, se defiende de las críticas que le acusan de intentar instrumentalizar a la joven activista medioambiental Luisa Neubauer para mejorar la imagen de la compañía, según declaraciones que publica hoy el dominical «Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung».
Hace dos semanas, Kaeser ofreció a Neubauer del movimiento Fridays for Future un puesto el comité de supervisión de la futura empresa Siemens Energy pero la activista lo rechazó. El motivo que esgrimió la joven, de 23 años, fue que si acepta el cargo entonces no podrá comentar nada sobre Siemens de forma independiente.
«Protestar en la calle no es la única solución. Por eso intenté involucrar a Luisa Neubauer. No fue publicidad», dijo Kaeser y añadió que le preocupa el cómo desactivar los conflictos entre los jóvenes y los mayores.
El trasfondo de la polémica es un proyecto minero planificado por la empresa industrial india Adani. Los activistas medioambientales, incluido el movimiento Fridays for Future, protestaron enérgicamente contra Siemens por el suministro de equipos de señalización ferroviaria para la mina de carbón que Adani tiene previsto construir en el estado australiano de Queensland.
De acuerdo con el rotativo, Kaeser habló con Neubauer sobre el proyecto y ella le instó a que la compañía con sede en Múnich se retire de él. El directivo también aseguró que desde hace algún tiempo se hizo evidente que el proyecto iba a causar dificultades a Siemens.
«Firmamos el contrato en Australia el 10 de diciembre, Adani lo anunció en su página web al día siguiente, e inmediatamente después comencé a recibir correos electrónicos de protesta. Cientos, miles. Inmediatamente sentí: ‘(Aquí) tenemos un problema'», dijo.
Según Kaeser, el contrato tiene comparativamente poca importancia económica para la compañía: «El proyecto tiene un volumen de pedido de 18 millones de euros (19,85 millones de dólares) y Siemens genera un negocio de unos 50 millones por hora, esas son las proporciones», explicó.
«Tenemos un contrato legalmente válido que prevé una responsabilidad ilimitada en caso de rescisión unilateral y arbitraria sin causa justificada. Uno tiene que afrontar estas circunstancias. Y no ayuda cuando nos amenazan los activistas medioambientales», justificó Kaeser la imposibilidad de cancelar el pedido con carácter retroactivo.