Moscú, 29 jun (dpa) – Una gorra verde oliva ocultaba la cara de Mesut Özil después de llegar de Rusia al aeropuerto de Fráncfort. ¿Será esa la última imagen del mediocampista del Arsenal con la selección alemana?
Con el equipo nacional, Özil ha disputado 92 partidos y ha marcado 23 goles. Su punto culminante fue, claro, el título del Mundial hace cuatro años en Brasil. Pero tras la eliminación en primera ronda en Rusia, la pregunta es inevitable: ¿y ahora qué?
El futbolista de 29 años no jugó particularmente peor que sus compañeros, la mayoría campeones como él en Río ante Argentina. Sin embargo, las críticas fueron más duras para el volante zurdo.
La polémica que provocó su foto en Londres junto al presidente turco Recep Tayyip Erdogan y a su compañero Ilkay Gündogan no lo ayudó tampoco a llegar de la mejor forma.
Después de la eliminación, con la derrota 2-0 ante Corea del Sur, Özil no respondió a las preguntas en la zona mixta. El silencio venía de hace un tiempo: el mediocampista no hablaba públicamente desde el 15 de mayo, cuando el técnico Joachim Löw anunció los convocados.
Así, más allá de algunos tuits o posts de Instagram, Özil guardó un silencio absoluto. Sin embargo, estaba claro que la foto con Erdogan tuvo algún efecto dentro del grupo. A sus compañeros no les gustó que les preguntaran frecuentemente por el tema.
Un peso pesado como Thomas Müller, por ejemplo, habló tras la eliminación de una interferencia externa, sin nombrar desde luego el affaire de la foto.
«Cuando eres campeón mundial, estás bajo una observación especial y debes afrontar muchas situaciones que no tienen nada que ver con el fútbol», señaló el jugador del Bayern Múnich. «Ha habido muchos fuegos artificiales de afuera y ahora hemos pagado la cuenta», añadió Müller.
El capitán Manuel Neuer, en tanto, reconoció que el asunto «perturbó un poco». El mánager del equipo, Oliver Bierhoff, y desde luego Löw no escaparon tampoco a las preguntas.
A diferencia de otras épocas, Özil tampoco recibió todo el apoyo de Löw, que lo dejó en el banco el crucial encuentro ante Suecia. El volante ya no era un indiscutido para el técnico.
Y si frente a Corea del Sur, en el tercer partido del grupo, Özil volvió al once titular, el mediapunta apenas tuvo incidencia en el juego: no llegó de sus pies el pase vertical o el cambio de ritmo que tanto distinguió a la Alemania que deslumbró en el Mundial pasado.
En vez de eso, como la mayoría de sus compañeros, Özil lucía abatido, como resignado a una inevitable derrota. Y quizá a un fin de ciclo.
En ese sentido, ¿tendrá Özil una segunda oportunidad con Alemania? Si el Mundial asoma lejos, con el del Arsenal ya en 33 años para ese entonces, la Eurocopa de 2020 podría ser un buen desafío para volver a intentar llegar lejos.
Por Christian Kunz y Klaus Bergmann (dpa)