(dpa) – Si los padres descubren restos de sangre en las heces de su hijo, deben llevarlo al médico para que lo examine, aconseja la Asociación Profesional de Pediatras (BVKJ) de Alemania, porque aunque la causa no suele ser dramática, debe tratarse para evitar casos graves.
Los rastros de sangre en las heces de un niño suelen deberse a desgarros en la piel que rodea el ano. A veces también hay estreñimiento. Si se trata de un lactante que todavía toma el pecho, la sangre también puede proceder de la madre si tiene una infección mamaria.
Otra causa puede ser también una alergia alimentaria. Los niños mayores pueden tener hemorroides. Si estas se deben a un estreñimiento crónico, también hay que averiguar la causa.
La diarrea sanguinolenta suele estar causada por una infección que debe ser tratada rápidamente. En raras ocasiones se trata de una peligrosa invaginación intestinal.
Si a menudo aparece sangre en las heces, el niño debe acudir al médico aunque haya muy poca sangre y no haya otros síntomas. De todos modos, si hay otros síntomas, sobre todo dolor o fiebre, es necesaria una visita inmediata.
También son signos de alarma el enrojecimiento o la alteración del abdomen, así como un endurecimiento de este, palidez o vómitos.