(dpa) – Shams Al Qassabi sabe qué tipo de comida funciona bien «para llevar». Ella fue la primera mujer que abrió una tienda en Souq Waqif, el casco antiguo de Doha.
En su «Shay Al Shoomos», los regags son los más vendidos. Son rollos de masa fina, las crepes cataríes, por así decirlo. Se rellenan con queso crema y/o huevo, o con champiñones, tomates, verduras o pollo, según se desee. Y ella también le añade azafrán.
Al Qassabi es una celebridad en Doha. Así lo demuestran las cientos de fotografías que se exhiben en las paredes de su tienda y que la muestran con el tradicional chador junto al emir o a influencers internacionales.
La imagen más reciente aún no cuelga en la pared, pero ella la muestra orgullosa en su teléfono inteligente: es una foto en Instagram con el ex futbolista David Beckham.
La mujer responde más cortante cuando se le pregunta si sus regags también vienen con crema de chocolate. «Solo las mujeres de la calle hacen eso», señala.
Se refiere a las mujeres que instalan sus mesas con enormes ollas al borde del zoco justo antes de la puesta de sol, vendiendo platos tradicionales caseros basados en recetas familiares.
Algunas de ellas vienen con placas eléctricas redondas portátiles. Al recibir el pedido, rápidamente extienden muy finamente la masa que han traído. Una vez cocinada, se añade la crema de chocolate por encima.
A continuación, la crepe no se enrolla, sino que se dobla dos veces en un cuarto. Ya está listo el regag dulce para llevar, cuya masa, según la vendedora, se compone únicamente de harina de trigo y agua.
Chapati, el pan indio chato relleno
El pan tiene un aspecto igualmente delgado en «Chapati y Karak», en el paseo marítimo del barrio de Katara. ¡Por fin, un «foodtruck»! Se encuentra frente al anfiteatro.
El chapati es un pan plano y fino de origen indio que consiste en una mezcla integral de cebada, mijo y trigo. Se prepara con azúcar, sal, agua y aceite de maíz y se cocina en una sartén sin grasa.
El chapati puede quedar así solo, apenas untado con ghee, una manteca clarificada, o se rellena con queso fresco, crema de chocolate o carne picada.
¿El «foodtruck» se trasladará cerca de uno de los ocho estadios de la Copa del Mundo? «No, siempre estamos aquí», dice el vendedor secamente. Cuando oscurece, este carro de comidas está en el momento pico de trabajo.
Esto también se nota en el otro lado del anfiteatro. Allí se instala la «Tasty Street» (Calle Sabrosa) con unos 30 pequeños puestos de comidas. El ambiente recuerda a los mercados navideños alemanes.
El único defecto es que no hay gente haciendo cola en ningún sitio. En su lugar, los clientes llegan en coche y piden y se les entrega la comida por la ventanilla.
Shawarma, la versión catarí con pasta de chile
El negocio va bien en el puesto «Sheel W Mashi», cuyo nombre hace sonreír a la guía Naima Ettahi. «Es la grafía fonética de tres palabras árabes y significa ‘toma y vete'», dice. El éxito de ventas del puesto es el shawarma de pollo.
«El shawarma catarí es completamente diferente», dice Mustafa, el chef del restaurante árabe «Al Bisana», que está justo enfrente y que también ofrece shawarma para llevar.
«Mientras los turcos usan pasta de tomate, nosotros usamos pasta de chile», explica. «Hace que la marinada para el pollo a la parrilla sea mucho más picante», precisa.
Una vez que el chef del restaurante da su visto bueno, revela qué más contiene: cardamomo, jengibre, pimienta blanca, pimentón, sal, limón fresco, aceite de girasol, vinagre blanco y agua.
Samosa y samboosa, los pequeños bollos rellenos
En el vecino «Snan Food Hall» de Katara, junto a las Galerías Lafayette, se ofrecen bocadillos que, al menos según su vendedor Soufiane, tendrían las características necesarias para convertirse en un éxito de ventas para los aficionados al fútbol: son diversas empanadillas rellenas llamadas samosa y samboosa.
Soufiane enumera lo que tiene en su surtido: «Sfiha de carne con carne de vaca y especias como comino, jengibre, sal y apio. Sambousek de carne y kebbe frito con carne, fatayer con espinacas, ajo, sal y jengibre y rollos de queso».
Después de probarlos, solo se puede estar de acuerdo con que son deliciosos y geniales para llevarlos en la mano e ir comiéndolos en el camino.
Información sobre Catar
Normalmente, los turistas solo necesitan un pasaporte válido durante al menos seis meses para su viaje a Catar. Al entrar en el país en el aeropuerto, reciben una exención de visado gratuita, que les permite permanecer en el país hasta 90 días seguidos.
Sin embargo, con la llegada de la Copa del Mundo de fútbol todo es diferente: desde el 1 de noviembre y hasta el 23 de diciembre, la entrada solo es posible con la tarjeta Hayya, que puede obtenerse exclusivamente si se tiene una entrada para el Mundial o ha sido registrado por un titular de la misma.
La moneda vigente es el riyal catarí, que equivale a 0,27 euros o 0,28 dólares.
El Mundial de Catar 2022 se juega desde el 20 de noviembre y finalizará el 18 de diciembre. Mayor información en www.visitqatar.qa/.
Por Claudia Wittke-Gaida (dpa)