(EP) – El Gobierno de Irán ha afirmado este lunes que «se vengará del régimen sionista» tras el incidente registrado el domingo en la central nuclear de Natanz, descrito por Teherán como un caso de «terrorismo nuclear».
«La respuesta de Irán será vengarse del régimen sionista en el momento y el lugar adecuado», ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Said Jatibzadé, quien ha agregado que hay informaciones que confirman la responsabilidad de Israel en lo sucedido.
«Lo que pasó en Natanz fue (un acto de) terrorismo nuclear contra Irán en territorio iraní. Irán se reserva el derecho a una respuesta bajo el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas», ha dicho, al tiempo que ha sostenido que Israel buscaba vengarse de la población iraní por su «paciencia y prudencia».
Jatibzadé ha manifestado que Israel no ha logrado debilitar las capacidades nucleares de Irán debido a que las centrifugadoras afectadas eran unas que iban a ser sustituidas por otras más avanzadas, según ha informado la agencia iraní de noticias Tasnim.
En este sentido, el ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yavad Zarif, ha indicado ante el comité de Seguridad Nacional y Política Exterior que las instalaciones y científicos nucleares necesitan una mayor protección y ha incidido en que la postura de Teherán no se debilitará por estos sucesos.
«Al contrario, este acto fortalecerá la posición de Irán en las negociaciones», ha apuntado, según ha informado la agencia iraní de noticias IRNA. Zarif ha añadido además que Natanz cuenta ahora con centrifugadoras avanzadas que acelerarán el proceso de enriquecimiento de uranio.
Por otra parte, el ministro ha apuntado a Israel como posible responsable del suceso y ha dicho que el país «busca vengarse» de los iraníes por su éxito a la hora de hacer frente a las sanciones impuestas por Estados Unidos desde la retirada unilateral de Washington del acuerdo nuclear en 2018.
Jatibzadé ha reiterado durante la jornada que «las negociaciones giran únicamente en torno a la retirada de sanciones de Estados Unidos» y ha recordado que Washington «ha hecho todos los esfuerzos durante los últimos cuatro años –en referencia al mandato de Donald Trump– para destruir el acuerdo nuclear».
El director de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi, achacó al «terrorismo nuclear» el incidente en la central nuclear de Natanz, la más importante del programa de enriquecimiento de uranio iraní.
Asimismo, habló de «acto despreciable» y subrayó la necesidad de que la comunidad internacional y la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) hagan frente a la situación. El incidente se saldó sin víctimas ni escape de material radiactivo, según las autoridades iraníes.
Fuentes de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos citadas por ‘The New York Times’ han indicado que se registró una potente explosión que dañó el sistema eléctrico interno y han apuntado a una operación llevada a cabo por Israel, que no se ha pronunciado sobre lo sucedido.
Asimismo, han manifestado que la explosión habría provocado daños importantes a la capacidad de Irán para enriquecer uranio y que Teherán necesitaría al menos nueve meses para restaurar la producción en Natanz a los niveles que mantenía en estos momentos.
Desde el primer momento la prensa israelí empezó a especular sobre el origen de este incidente y fuentes citadas por ‘The Jerusalem Post’ apuntan a que no ha sido un accidente y a que los daños son mucho mayores de lo que ha informado Teherán. En concreto, señalan a un ataque informático.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, no ha hablado directamente sobre el suceso, si bien ha manifestado que «la lucha contra Irán y sus aliados y el armamento iraní es una misión gigante». «La situación de hoy no dice nada sobre la que existirá mañana», ha dicho, según el diario ‘The Times of Israel’.
HERIDO EL PORTAVOZ DE LA OEAI
En otro orden de cosas, el portavoz de la OEAI, Behruz Kamalvandi, resultó herido el domingo tras caer desde una altura de siete metros mientras realizaba una inspección a la central tras el suceso, tal y como ha recogido la cadena de televisión iraní IRIB.
El director del Hospital Universitario Kashan, Alireza Moraveji, ha indicado que el estado de salud de Kamalvandi es satisfactorio en líneas generales, si bien ha confirmado que ha sufrido fracturas en el cráneo y un tobillo a causa de la caída.
El suceso en Natanz ha tenido lugar después de la instalación de una nueva serie de centrifugadoras de uranio, más modernas, que permiten enriquecer el material al 20 por ciento, lejos aún del 90 por ciento necesario para fabricar una bomba atómica. De hecho, Irán sostiene que su programa nuclear tiene fines estrictamente pacíficos.
En julio de 2020, se produjo una explosión y un incendio en la nave de ensamblaje de centrifugadoras que, según afirmó luego Kamalvandi, fue resultado de un sabotaje. Previamente, en 2010, fue objetivo de un ataque informático conjunto de Israel y Estados Unidos con el virus Stuxnet que destruyó más de un millar de centrifugadoras.
Las labores en Natanz están intrínsecamente relacionadas con el frágil acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y la comunidad internacional, y que ahora corre serio peligro tras la salida unilateral de Estados Unidos, con la consiguiente reimposición de las sanciones a la república islámica.
Natanz es ahora un centro crucial donde Irán enriquece uranio por encima de los niveles estipulados en el pacto; una represalia de Teherán por la reanudación de las sanciones. Las autoridades tienen prevista la instalación de otras mil centrifugadoras en la plaanta durante los próximos tres meses.