Krasnodar (Rusia), 16 jun (dpa) – El español Nacho Fernández se convirtió contra todo pronóstico en uno de los protagonistas de su selección en el debut en el Mundial. Sin embargo, pertenece a un tipo de futbolista alejado de los estándares habituales. Su aspecto de vecino tranquilo que saca al perro a pasear por las tardes contrasta con su enorme competitividad.
Nacho Fernández no se peina a la moda, no lleva tatuajes, no se conoce de su mujer más que el nombre y tampoco le gustan las redes sociales. Es de todo menos lo que se entiende como un «futbolista contemporáneo».
Pero a sus 28 años, aunque parecen muchos menos, pocos pueden presumir de una carrera como la suya: con el Real Madrid ganó cuatro Ligas de Campeones y dos Ligas españolas, entre otros muchos trofeos. Y siendo importante. Ahora pretende ampliar su historial en el Mundial con su selección.
Nacho Fernández debutó el viernes como titular en Rusia y su partido ante Portugal fue un perfecto resumen de una de sus grandes virtudes: su afán de superación.
A los dos minutos cometió un penal sobre Cristiano Ronaldo. «El penalti es una acción muy rápida. Hay contacto, acaba de empezar el partido, no estás metido del todo. Yo, como defensa, creo que no es suficiente, pero Cristiano pensará lo contrario», relató hoy en rueda de prensa.
Pero lejos de permitir que le afectara el resto del partido, apretó sus puños y culminó su gran actuación con un sensacional gol en la segunda parte después de conectar un tremendo disparo desde fuera del área.
En circunstancias normales, Nacho Fernández no hubiera sido titular, pero la lesión muscular de su compañero Dani Carvajal le abrió la puerta y él lo aprovechó. Le suele pasar. En el Real Madrid tampoco parte nunca como titular y por unas circunstancias u otras siempre acaba siendo uno de los futbolistas con más minutos jugados.
Para sus entrenadores y compañeros, se trata de un futbolista ideal. «Siempre suma», dice Sergio Ramos. Si es suplente, nunca pone problemas, pero tampoco arroja la toalla. Además, puede ocupar cualquiera de las cuatro posiciones en la defensa.
Otro detalle habla de su discreta excepcionalidad. Junto a su hermano Álex posee una academia de fútbol en el colegio de toda su vida en Alcalá de Henares, próxima a Madrid, cuya filosofía es trasmitir a los alumnos los valores del esfuerzo, sacrificio, respeto y estudios.
Ahora le toca al nuevo seleccionador español, Fernando Hierro, decidir si sigue contando con él como titular. Y si no, ya sabe que en el banquillo tendrá un jugador que siempre rinde.
Por lo pronto, ya sumó en este Mundial. «El equipo demostró fuerza y carácter. Nos vamos contentos por eso. Dimos un golpe por encima de la mesa y en este tipo de competiciones eso hace mucha falta», resumió sobre el partido ante Portugal.
Por Alberto Bravo (dpa)