Moscú, 16 jun (dpa) – Argentina arrancó hoy con mal pie el Mundial de fútbol de Rusia 2018. No pudo con la novata Islandia, su estrella Lionel Messi falló un penal y debió irse con un empate 1-1 en Moscú y muchas dudas sobre su funcionamiento de cara al complejo camino que le resta para clasificarse a las fases finales.
«Me siento responsable», reconoció Messi tras el empate que dejó sabor a derrota en el vestuario albiceleste. Argentina deberá buscar ahora mejores resultados frente a Croacia y Nigeria, que se miden más tarde, para mantener viva la ilusión de avanzar a octavos por el Grupo D.
«Siento amargura de no haber podido sumar en el primer partido los tres puntos porque lo merecíamos y empezar ganando siempre es importante. Pero ahora hay que pensar en Croacia», urgió el capitán, más tranquilo. Enfadado, minutos antes había pateado la pelota al cielo tras el rebote de su tiro libre en la barrera islandesa en la última jugada del partido en el estadio Spartak.
El equipo argentino abrió la cuenta a los 19 minutos con un gol de Sergio Agüero. De espaldas a la defensa, giró y remató de zurda al ángulo derecho de la valla vikinga para marcar su primer gol en un Mundial. Pero la ventaja duró poco.
Con desinteligencias en la defensa albiceleste y el portero Wilfredo Caballero trabado, los argentinos no lograron despejar la jugada y Finnbogason se encontró solo con el balón frente al arco y empujó la pelota. A los 44′, Caballero salvó lo que pudo ser el segundo de Islandia.
Luego de que el árbitro polaco Szymon Marciniak negara el uso del VAR para dirimir un penal reclamado por los argentinos en una supuesta mano de Islandia, finalmente le otorgó uno por una falta sobre Agüero a los 64′.
Pero el portero islandés Hannes Thor Halldorsson se convirtió en héroe nacional al adivinar la intención de Messi y desviar el balón junto a su palo derecho. Fue el cuarto penal errado de los 21 que pateó el crack con la camiseta albiceleste. Y se quedó sin poder celebrar como debía los doce años de su primer gol en un Mundial, tras el que marcó el 16 de junio de 2006 en la goleada por 6-0 a Serbia en Alemania. Luego Messi tampoco acertó en dos tiros libres, su arma letal, cuando más se lo necesita.
Argentina dominó claramente el partido, con una posesión de más del 70 por ciento, pero padeció uno de sus más recurrentes problemas, la falta de eficacia a la hora de convertir y hallar espacios ante un equipo que se cerró atrás con dos líneas de cuatro jugadores.
El partido fue muy trabado y a Argentina, que apostó por una formación conservadora con un doble 5 de contención pese al neto perfil ofensivo del técnico Jorge Sampaoli, le costó crear riesgo y llegar al arco rival.
El aplauso vikingo comenzó a sonar cada vez con más fuerza pese a que los islandeses eran clara minoría en las tribunas.
A la dupla de Javier Mascherano y Lucas Biglia le faltó creatividad y el que más lo sufrió fue Messi, sin socios para elaborar el ataque. El ingreso de Ever Banega de Biglia, sobre el final, no cambió demasiado. El capitán varias veces tuvo incluso que retroceder mucho más de lo deseado para rescatar el balón, mientras que tuvo que sortear una marca doble o triple de los enormes islandeses para arremeter contra el arco rival.
La diferencia de altura se notó, en particular en las jugadas aéreas y en las disputas uno a uno por el balón. Islandia es el tercer equipo más alto, con un promedio de 1,854 metros, y Argentina, el cuarto más bajo, con 1,794. Esto, más la dureza de los vikingos a la hora de cortar o despejar interrumpió casi todo intento albiceleste.
«La sensación cuando uno viene a buscar ganar un partido y no lo consigue es de cierta frustración», admitió Sampaoli, con los ojos algo vidriosos, en la rueda de prensa posterior. «Vinimos con mucha ilusión, decididos a buscar el partido, pero nos encontramos con un equipo que se estructuró bien defensivamente».
«Ahora hay que saber jugar con la frustración, por eso digo que está prohibido caerse», evaluó Mascherano, el jugador con más partidos con la camiseta albiceleste.
El entrenador espera que los próximos encuentros sean diferentes. «Las características de Croacia no son las mismas que las de Islandia o Nigeria. Será un grupo seguramente muy disputado».
Más de 44.000 personas colmaron hoy el Spartak, en su mayoría aficionados argentinos que más de una vez ovacionaron a Diego Maradona, presente en uno de los palcos.
El empate pone bajo presión al seleccionado argenetino, que llegó a Rusia golpeado por un difícil proceso clasificatorio, las tres finales consecutivas perdidas en Brasil 2014 y las Copas América 2015 y 2016 y polémicas de todo tipo.
En cambio, Islandia celebró el resultado como un triunfo. «Ha sido un gran partido para nosotros», dijo sonriente el técnico, Heimir Hallgrimsson. «Es la primera vez que jugamos un Mundial y debutar con Argentina probablemente no sea el partido mas fácil», evaluó. «El punto tiene un significado enorme para nosotros», sostuvo el entrenador.
El equipo nórdico, la sorpresa de la última Eurocopa, tiene ahora por delante los partidos con Nigeria, el 22, y Croacia, el 26, para buscar su gran objetivo en Rusia: superar la fase de grupos.
Por Cecilia Caminos (dpa)