Cosmódromo – Elster, así se titula la continuación de la que fuera la exitosa Cosmódromo. Su autor, Rubén Azorín Antón, ha decidido publicar ahora los dos libros en un solo tomo para que los lectores puedan adentrarse con facilidad en todos aquellos secretos que la taiga siberiana y las eternas estrellas siguen guardando con recelo.
Esta segunda parte tendrá tiempo de colmar los titulares de la prensa: ‘Cosmódromo se nutre de una infinita riqueza literaria que todavía da mucho de lo que hablar’. Se trata de una novela imprescindible para todos aquellos amantes del género, pues tanto su estilo narratológico como la deriva filosófica y humana de la trama guarda ecos de gigantes literarios como Isaac Asimov.
Todo comienza con la revelación paulatina de la situación de tres cosmonautas: Yuri Kokarev, Aleksei Popov y Ruslana Melkova. Entrenados y enviados en distintas misiones espaciales no oficiales, se verán totalmente solos y confusos tras despertar de su criosueño lejos del lugar donde deberían haberlo hecho. Comienza aquí la impactante caracterización psicológica de los personajes, y la evolución incansable y trepidante de una paranoia que poco a poco los irá devorando.
Pero comparten protagonismo con un significativo representante del delirio ruso postsoviético: el impresionante cosmódromo Vostochni, el cual existe y pertenece a un proyecto que, según el autor, “podría parecer más próximo a la ciencia ficción que a la realidad”. Su extensión es abrumadora, y esa imponente imagen que proyecta esa instalación colosal de mil kilómetros cuadrados es también parte de la inquietante realidad de los protagonistas.
A destacar se encuentra la del Elster Sergey, un cazador de la taiga siberiana que se verá obligado a penetrar en el abandonado cosmódromo para robarlo por piezas a fin de sustentar a su familia. Pero su anónimo jefe se pondrá en contacto con él para llevar a cabo el encargo más extraño y peligroso hasta el momento: extraer del edificio una cápsula de criosueño.
Será aquí donde se entrecrucen estas realidades tan dispares: las que regresan de más allá de la Tierra y las que encuentran su origen en la salvaje naturaleza del planeta. Sergey conocerá entonces a Ruslana, y en una vibrante historia llena de interminables incógnitas se dibujarán aquellas cuestiones existenciales que engloban a todo cuanto habita en el universo. “Tanto los cosmonautas como el cazador de la taiga se enfrentan a lo largo de la historia a profundos dilemas interiores. Hay una encarnizada lucha interna ante lo desconocido, ante la soledad, ante su propia condición de ser humano”, comenta el propio Azorín al respecto.
Cosmódromo es duda, una quizás que nunca encontrará respuesta. La esencia de este libro emerge del interior de la conciencia humana, aquella a la que nadie ha conseguido nunca llegar. ¿Será esta distancia comparable a la vastedad del universo? Rubén Azorín, que ha publicado con anterioridad otros títulos de ciencia ficción y que también le han valido infinitos halagos, presenta en esta novela una historia penetrante basada en la inquietud de la existencia humana. Así, las preguntas que emergen de ese profundo temor a la nada y a lo desconocido vuelven a destacar gracias a esta nueva entrega (Cosmódromo – Elster) y a la cuidada reedición en un único tomo de la impresionante saga Cosmódromo, concebida para facilitar el camino a todos aquellos curiosos que quieran lanzarse a sus páginas.