(dpa) – En su vida nada ha vuelto a ser lo que era. Tras el atentado terrorista en un mercado navideño en el centro de Berlín, los afectados luchan desde hace un año por recuperarse, mientras la canciller Angela Merkel llama a aprender de los errores.
Cientos de rosas blancas cubrieron ayer el suelo ante la Iglesia de la Memoria de Berlín, junto a la cual se produjo el ataque islamista más letal registrado en Alemania, y una gran grieta dorada en el suelo simbolizará a partir de ahora el desgarro causado por el ataque.
Familiares, heridos, voluntarios y políticos se reunieron en el primer aniversario del atentado en un día lluvioso y gris para recordar a las 12 personas, de seis naciones diferentes, que vieron sus vidas cercenadas cuando paseaban tranquilamente por uno de los típicos y populares mercados navideños que en estas fechas atraen a cientos de personas.
«Una grieta simboliza la herida que el atentado ha provocado. Sin embargo, queremos superar la grieta que ha dejado en nuestra sociedad», comentó el alcalde de Berlín, Michael Müller.
«No queremos que el terrorismo y el odio nos divida. Por ello, este monumento conmemorativo es también un símbolo a favor de la tolerancia y contra la terquedad. Se lo debemos a las víctimas, no solo aquí en Berlín, sino en todos lados», agregó tras descubrir la grieta de 17 metros, que estará acompañada de placas de las 12 víctimas colocadas en la escalinata de la iglesia por deseo de sus familiares.
Los actos en recuerdo se celebraron en medio de estrictas medidas de seguridad y el mercado navideño permaneció cerrado durante todo el día. Para muchos de los afectados es muy difícil volver al lugar de la tragedia. Quieren respeto, tranquilidad y distancia. Las heridas aún no han cicatrizado.
La plana mayor de la política de Alemania acudió a la ceremonia: el presidente federal germano, Frank-Walter Steinmeier, la canciller Angela Merkel y el presidente del Parlamento alemán, Wolfgang Schäuble.
Ataviada con un abrigo negro, Merkel se mostró afectada en el lugar del atentado portando un vaso con una pequeña vela, con la cabeza baja, y guardó un minuto de silencio junto a los presentes.
La mandataria se comprometió ante las víctimas y familiares de los fallecidos del atentado a trabajar para evitar que en un futuro los afectados por una tragedia similar se puedan sentir desamparados por parte de las autoridades.
«Las conversaciones con los allegados me han mostrado las debilidades del Estado en una situación de este tipo», lamentó al día siguiente de reunirse con ellos en la Cancillería. «Y para mí, y lo digo en nombre del Gobierno de Alemania, esto se traduce en trabajar para que las cosas que no han salido bien se hagan mejor en el futuro».
«Se trata de hacer todo lo humanamente posible no solo para garantizar la seguridad, sino también para que aquellas personas cuyas vidas han sido destrozadas o golpeadas puedan contar con la posibilidad de recuperar su vida lo antes posible», agregó.
El aniversario vino marcado por fuertes críticas al Gobierno alemán por el trato a los familiares y víctimas del atentado, que llevó incluso al presidente de Alemania a reconocer los errores cometidos por el Estado.
La dirigente tiene previsto volver a reunirse con los heridos y los familiares de las víctimas del ataque yihadista dentro de unos meses para explicarles qué mejoras planea acometer el Ejecutivo germano en un futuro para no repetir los errores del pasado.
«Hoy es un día de duelo pero también un día de mostrar voluntad para hacer mejor aquellas cosas que no se hicieron bien (en el pasado)», subrayó Merkel.
Por la tarde tuvo lugar una ceremonia de oración por la paz. A las 20:02 locales (19:02 GMT), hora en la que Amri se subió con el camión a la explanada del mercado llevándose todo por delante, las campanas de la Iglesia de la Memoria tocaron durante 12 minutos y se formó una cadena humana con luces alrededor del templo.
El 19 de diciembre de 2016, el terrorista tunecino Anis Amri embistió con un camión robado un céntrico mercado navideño y causó la muerte de 12 personas y heridas a cerca de cien.
El ataque fue reivindicado por la milicia terrorista Estado Islámico. Amri fue ultimado a balazos por policías italianos en Milán cuatro días después cuando era buscado en toda Europa.
Por Andreas Rabenstein y Almudena de Cabo