Berlín, 9 abr (dpa) – La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció hoy el clima hostil hacia la prensa en Alemania, pese a la drástica reducción de agresiones a periodistas registradas el año pasado en el país.
La organización documentó 41 agresiones a profesionales de los medios de comunicación en 2023, frente a las 103 registradas en 2022. Sin embargo, como comparación, en 2019, antes de la pandemia del coronavirus, hubo tan solo 13.
«Durante la pandemia, el número de ataques a reporteros se disparó. Nuestra revisión del año pasado también muestra que esta tendencia aún no ha disminuido por completo», se lee en el informe «Alemania en primer plano», presentado el martes.
«En los últimos años se ha extendido en Alemania un ambiente cada vez más contrario a la prensa», concluye la organización de derechos humanos.
«El año pasado volvieron a golpear a reporteros, destruyeron sus equipos y les amenazaron masivamente en Internet», indica.
RSF añadió que el nuevo año tampoco ha empezado bien para la prensa, ya que un periodista fue víctima de una brutal agresión al margen de una manifestación en la ciudad oriental de Leipzig.
«También estamos asistiendo a un nuevo y peligroso tipo de agresión: los agricultores han bloqueado recientemente la entrega de periódicos en varios estados federados con tractores y montones de estiércol», explicó Michael Rediske, miembro de la junta directiva de RSF.
«Esto demuestra que la libertad de informar con independencia no solo se ve amenazada por ataques contra profesionales individuales de los medios de comunicación en este país», comentó.
«Al parecer, el descontento por la supuesta falta de cobertura de las protestas de los campesinos basta para bajar aún más la capacidad de inhibición a realizar ataques contra la libertad de prensa», agregó.
Reporteros sin Fronteras también clasificó las formas de maltrato a los periodistas y señaló que los más frecuentes en 2023 fueron «patadas y puñetazos, o los golpes con objetos como antorchas o baquetas».
«Se consideraron agresiones -indica la organización- los golpes que alcanzaron el cuerpo o el material de los periodistas. También si les arrebataron el material, les tiraron al suelo, les arrojaron arena y piedras o, en un caso, les untaron con heces», enumeró.