(DPA/EP) – El Gobierno de Reino Unido ha negado este lunes que haya «externalizado» su responsabilidad en materia migratoria al enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda, una controvertida medida que ha provocado las protestas dentro de la sociedad civil y religiosa británica, así como las críticas de Naciones Unidas.
«Este es un acuerdo entre dos países soberanos, Reino Unido y Ruanda», ha defendido el ministro británico de Negocios y Energía, Greg Hands. «Creo que lo que deben hacer otros, los críticos de este plan, es mostrar cuál sería su solución», ha respondido así a quienes cuestionan la medida.
Entre los críticos está el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien el domingo acusó al Gobierno británico de estar «subcontratando» a otros para que asumiesen sus responsabilidades. Él es una de las últimas figuras religiosas, al igual que el arzobispo de York, Stephen Cottrell, que han alzado la voz en los últimos días debido a esta cuestión.
Para Hands esta decisión del Gobierno de Londres servirá como mecanismo de «disuasión» para todas aquellas personas que se planten llegar a las costas británicas a través del Canal de la Mancha de manera ilegal.
«Ahora necesitamos enviar ese mensaje: cruzar ilegalmente el Canal no necesariamente significa que la persona será ubicada en Reino Unido (…). La reubicación en Ruanda está ahí, creemos que actuará de manera significativa como elemento disuasorio para las personas que hacen ese viaje», ha explicado.
Asimismo, Hands ha insistido en que el principal objetivo esta medida es golpear las redes de tráfico de personas, así como a todos aquellos que se lucran con el sufrimiento de los demás. «Queremos sacarles del negocio», ha dicho en Times Radio.
Mientras que para una de sus artífices, la ministra de Interior, Priti Patel, la medida es «audaz e innovadora», la oposición laborista ha alertado de que el problema del tráfico de personas no se resolverá, sino que se «moverá» a otras latitudes y a su vez ha considerado una «locura» creer que las personas que ansían llegar a Reino Unido se conformen con Ruanda.
«Enviar a personas 4.000 millas (6.500 kilómetros) antes de que hayan presentado una solicitud y esperar que se queden en un país en el que no quieren estar es una locura», ha señalado la diputada laborista Sara Jones, quien a su vez ha cuestionado las cifras que baraja el Gobierno sobre el coste de esta medida.
El acuerdo está dotado con 120 millones de libras –144 millones de euros– y se centrará sobre todo en hombres sin cargas familiares que lleguen a Reino Unido a través de embarcaciones o camiones. Los detalles están por confirmar, pero, bajo la propuesta, Ruanda se responsabilizaría de las quienes hayan hecho un viaje de más de 6.400 kilómetros. Si el proceso de solicitud de asilo sale bien, podrán instalarse permanentemente en el país africano.
En 2021, 28.526 personas cruzaron el canal de la Mancha en pequeños botes hasta Reino Unido, según datos oficiales. En 2020 fueron 8.404. Organizaciones que trabajan con refugiados ya han expresado su preocupación por el acuerdo, destacando el historial del Gobierno de Ruanda y su presidente, Paul Kagame, en cuanto a protección de los Derechos Humanos se refiere.